Sexo con la luz apagada...o prendida

En la web de Uruguay al Día la columnista y psicologa sexual Gabriela Michoelsson escribe una nota sobre este tema que podríamos caracterizar como "el dilema de la luz apagada o prendida" y que de fondo tiene todo un rollo que tarde o temprano, vamos a tener que desenrollar, por el bien de nuestros orgasmos.

Lo visual en el sexo con la luz apagada, se reduce bastante... el dato que nos deja la Dra. es interesante, habla sobre el lugar placentero que ocupa la sexualidad visual...
En una encuesta sobre la sexualidad que realizó la Universidad de Chicago en 1994, el estudio más extenso y científicamente riguroso que se ha hecho nunca, resultó que “ver desvestirse a mi pareja” fue la segunda en la lista de las actividades sexuales favoritas, después del coito, pasando incluso por delante, tanto para varones como para mujeres, de hacer o recibir sexo oral.


No tengas verguenza... enciende esa luz, hazla que sea tenue y genera un ambiente, muestra tu cuerpo, tu nave espacial sexual orgásmica.

La doctora lo dice de una forma más didáctica y analiza la situación de muchas chicas que la pasan mal sin darse cuenta de que pueden pasarla mejor ...
Lastimosamente, muchas mujeres prefieren hacer el amor a oscuras por inhibiciones propias, tal vez porque se sienten gordas, feas, que alguna parte de su cuerpo no les gusta y quizás la ilusoria sensación de la oscuridad, les hace sentir apenas un poco más seguras, siempre y cuando la insistencia del varón (que en esto de mostrarse desnudo generalmente no tiene problemas) las haga poner, aún, “más coloradas”.

Con una imagen propia negativa es difícil gozar del placer del sexo, de la entrega y del orgasmo. A oscuras es difícil encontrar el camino. Por lo tanto para revertir esto es necesario prender las luces y que la mujer haga primero y a solas, todo un trabajo de autoreconocimiento para luego poder entregarse a su pareja. Es necesaria la autoobservación frente a un espejo de cada parte del propio cuerpo. Perder el pudor propio, la vergüenza frente a un cuerpo hermoso porque siempre lo es. Este es el comienzo del camino de quererse a si misma, de aceptarse, de sentirse; para poder luego dejar que el otro la mire, la sienta, la toque, la goce.

Lamentablemente algo que conspira contra este bienestar, son los prototipos de amantes masculinos y femeninos en la historia, en especial en cine y video, que son justamente longilíneos y plásticos, hermosos y delgados.

Pero, esto de nada sirve, pues, el deseo sexual y la capacidad orgásmica no dependen de la armonía o desarmonía de la figura corporal.

Los obesos llegan a ser grandes amantes. Tal vez no sean adecuados para ilustrar una escena erótica en el cine o en la televisión, pero hay testimonios que avalan la capacidad erótica y sexual de ellos y ellas.

En cuanto a la estética de las personas mayores, pocas o ninguna vienen a ser las publicaciones ilustradas que tienen como prototipo una pareja de adultos mayores o un varón o una mujer mayor con una persona joven. Pareciera que los viejos, así como los obesos, minusválidos,etc, se convirtiesen en seres asexuados a los ojos de los demás, cuando ello no es así.

En definitiva, disfrutar del sexo, es disfrutar de las sensaciones corporales, es mirar y ser mirado, tocar y ser tocado, besar y ser besado. Es enaltecer los sentidos corporales hasta explotar en el goce más elevado, sin importar la edad, los kilos o la cara que se tenga. Es el imperio del placer sin restricciones de ninguna índole.

Fuente Uruguayaldia.com

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