Por Osvaldo Bayer en la presentación del film Ácratas
Es difícil criticar (a los anarquistas expropiadores) porque todo lo hicieron con una enorme valentía; jamás se aprovecharon del dinero que lograron de los asaltos a los bancos y otros robos –por ejemplo a Obras Sanitarias de la Nación– sino que siempre lo usaron para mantener las bibliotecas y los periódicos y algo para vivir ellos y sus familias.
Hubo dos tendencias, la de Severino Di Giovanni y la de Miguel Arcángel Roscigno; los hechos son todos heroicos, yo los he escrito en Los anarquistas expropiadores, principalmente lo de Buenaventura Durruti, el anarquista español que vino haciendo asaltos con sus compañeros desde Cuba y México por toda Latinoamerica, para llevar dinero al anarquismo español. También son asaltos muy valientes, ellos no mataban a inocentes, pero bueno, cuando hay tiroteos y ataques policiales... Eso es lo que más se discutía, la muerte de inocentes ¿Hay derecho de matar a inocentes? Di Giovanni después de la bomba que puso por Sacco y Vanzetti en el banco norteamericano, creo que era el de Nueva York, donde van a morir dos inocentes, una chica empleada que se iba a casar quince días después y un viejo que levantaba quinielas –ese fue el reproche de los intelectuales en el diario La Protesta– va a decir que ‘en la vida no hay inocentes’, y es ahí donde él se equivoca, porque hay inocentes, evidentemente. Y entonces ahí vamos a la gran discusión dentro del anarquismo ¿Violencia si o no?
Yo personalmente, después de haber leído toda esa historia, y de las grandes discusiones que hubo en Europa, también soy partidario del derecho de matar al tirano, eso sí, pero no de hacer acciones en las que puedan caer inocentes. El derecho de matar al tirano ya era defendido por los filósofos griegos. Hay un extraordinario juicio en Berlín, cuando un joven armenio –ustedes saben, la matanza que hacen los turcos de un millón y medio de armenios de las formas más horribles y crueles, la muerte de los niños, no se les permitía comer por ejemplo, la muerte de sus madres, es de un horror impresionante del que todavía el pueblo turco no ha hecho la autocrítica– y allí hay un estudiante armenio a quien los turcos le han matado primero las dos hermanas, después la madre y después el padre, quien decide vivir solamente para matar al ministro del interior turco, y se va a vivir a Berlín. Hasta que un día lo espera y lo mata. Después se entrega, no hace ninguna resistencia, la policía lo lleva, le inician un juicio extraordinario donde el juez de primera instancia le da la razón al atentador armenio por aquello del derecho de matar al tirano, y porque además era natural que alguien a quien le han matado a toda la familia tratara de tomarse venganza del asesino y lo mismo ocurre en segunda instancia, con todos los jueces, en 1921.
Es un ejemplo para toda la justicia; también se le da la libertad al estudiante, se comprende el porqué de esa reacción. Yo no sé que habría pasado en la Argentina si algún padre hubiera matado a un general autor del secuestro de su hija..., de una embarazada a la que le sacan el hijo, no se lo dejan ver y después la hacen desaparecer y le dan el hijo a una familia de militares. En Argentina no hubo ninguna reacción violenta. Cosa que me sorprende porque siempre hubo reacciones, pero en este caso no fue así, ningún padre se vengó por la muerte de los seres queridos; hubo suicidios, hubo muertes tempranas, muchos padres murieron al poco tiempo, pero ninguno tomó la decisión de decir: ‘voy a vivir para vengar a mis hijos’. ¿Qué habría hecho la justicia si hubiera habido un caso?
Es difícil criticar (a los anarquistas expropiadores) porque todo lo hicieron con una enorme valentía; jamás se aprovecharon del dinero que lograron de los asaltos a los bancos y otros robos –por ejemplo a Obras Sanitarias de la Nación– sino que siempre lo usaron para mantener las bibliotecas y los periódicos y algo para vivir ellos y sus familias.
Hubo dos tendencias, la de Severino Di Giovanni y la de Miguel Arcángel Roscigno; los hechos son todos heroicos, yo los he escrito en Los anarquistas expropiadores, principalmente lo de Buenaventura Durruti, el anarquista español que vino haciendo asaltos con sus compañeros desde Cuba y México por toda Latinoamerica, para llevar dinero al anarquismo español. También son asaltos muy valientes, ellos no mataban a inocentes, pero bueno, cuando hay tiroteos y ataques policiales... Eso es lo que más se discutía, la muerte de inocentes ¿Hay derecho de matar a inocentes? Di Giovanni después de la bomba que puso por Sacco y Vanzetti en el banco norteamericano, creo que era el de Nueva York, donde van a morir dos inocentes, una chica empleada que se iba a casar quince días después y un viejo que levantaba quinielas –ese fue el reproche de los intelectuales en el diario La Protesta– va a decir que ‘en la vida no hay inocentes’, y es ahí donde él se equivoca, porque hay inocentes, evidentemente. Y entonces ahí vamos a la gran discusión dentro del anarquismo ¿Violencia si o no?
Yo personalmente, después de haber leído toda esa historia, y de las grandes discusiones que hubo en Europa, también soy partidario del derecho de matar al tirano, eso sí, pero no de hacer acciones en las que puedan caer inocentes. El derecho de matar al tirano ya era defendido por los filósofos griegos. Hay un extraordinario juicio en Berlín, cuando un joven armenio –ustedes saben, la matanza que hacen los turcos de un millón y medio de armenios de las formas más horribles y crueles, la muerte de los niños, no se les permitía comer por ejemplo, la muerte de sus madres, es de un horror impresionante del que todavía el pueblo turco no ha hecho la autocrítica– y allí hay un estudiante armenio a quien los turcos le han matado primero las dos hermanas, después la madre y después el padre, quien decide vivir solamente para matar al ministro del interior turco, y se va a vivir a Berlín. Hasta que un día lo espera y lo mata. Después se entrega, no hace ninguna resistencia, la policía lo lleva, le inician un juicio extraordinario donde el juez de primera instancia le da la razón al atentador armenio por aquello del derecho de matar al tirano, y porque además era natural que alguien a quien le han matado a toda la familia tratara de tomarse venganza del asesino y lo mismo ocurre en segunda instancia, con todos los jueces, en 1921.
Es un ejemplo para toda la justicia; también se le da la libertad al estudiante, se comprende el porqué de esa reacción. Yo no sé que habría pasado en la Argentina si algún padre hubiera matado a un general autor del secuestro de su hija..., de una embarazada a la que le sacan el hijo, no se lo dejan ver y después la hacen desaparecer y le dan el hijo a una familia de militares. En Argentina no hubo ninguna reacción violenta. Cosa que me sorprende porque siempre hubo reacciones, pero en este caso no fue así, ningún padre se vengó por la muerte de los seres queridos; hubo suicidios, hubo muertes tempranas, muchos padres murieron al poco tiempo, pero ninguno tomó la decisión de decir: ‘voy a vivir para vengar a mis hijos’. ¿Qué habría hecho la justicia si hubiera habido un caso?
Comentarios
Publicar un comentario