El origen de la mente humana

Cuando le preguntaban a Terence Mckenna sobre la percepción que tenía de sí mismo desde una prespectiva histórica, él no dudaba en contestar:
"Si estoy en lo cierto, soy Newton ... si no, estoy loco. No hay término medio. O al menos me gusta pensar que no hay término medio porque realmente me gustaría que fuese así".

Una de las teorías más descerebradamente interesantes de McKenna es la del origen de la mente humana.

el hongo sagrado


Mckenna dice que las selvas de África del Norte desaparecieron a final de la última edad de hielo, dando lugar a las sabanas. Nuestros antepasados empezaron a vivir en este entorno, y para alimentarse se dedicaban a mordisquear todo lo que encontraban en el camino.

Uno de los alimentos que incorporaron a su dieta fueron los hongos de psilocibina. Los cambios causados por la inclusión de esta droga en la dieta de los primates fueron muchos —McKenna teoriza, por ejemplo, sobre los efectos de la sinestesia (la eliminación de los límites entre los sentidos). Esta podría haber llevado a desarrollar el lenguaje hablado: la habilidad de formar imágenes en la mente de otra persona a través del uso de sonidos vocales.

Hace unos 12,000 años, los cambios climáticos de la época habrían eliminado los hongos de la dieta humana, dando como resultado un conjunto de cambios en nuestra especie que nos devolvieron a las brutales estructuras sociales pre-hongo, las cuales habían sido modificadas y/o reprimidas con el uso de la psilocibina.

McKenna va más lejos, y postula que la inteligencia (no la vida), podría haber venido del espacio exterior, contenida en esporas, esporas que podrían haber llegado a la tierra transportadas por algún meteorito o asteroide. Dice, además, que los fósiles de hongos aparecen abruptamente en un momento dado de la historia humana: hace 40 millones de años. La ciencia ortodoxa dice que esto es debido a la poca resistencia del hongo. Sin embargo, existen fósiles de gusanos y otros invertebrados marinos datados cerca de los mil millones de años.

La teoría de la panspermia no es nueva. Ésta sugiere que las "semillas" o la esencia de la vida prevalecen diseminadas por todo el universo y que la vida comenzó en la Tierra gracias a la llegada de tales semillas a nuestro planeta. Estas ideas tienen su origen en algunas de las consideraciones del filósofo griego Anaxágoras. El astrónomo Sir Fred Hoyle también apoyó la idea de la panspermia.

Lo más alucinante es que McKenna ha llegado a estas conclusiones porque el propio hongo le puso sobre la pista: tomando una de las llamadas "dosis heróicas", el sujeto puede experimentar una comunicación bis-a-bis con "el estado mental del hongo"; lo que los chamanes llamaban el "espíritu" del hongo.

>Poco antes de su muerte, McKenna se entrevistaba con John Horgan. Éste estaba escribiendo el libro Rational Mysticism, del que extraemos unas líneas:
Le pregunté a McKenna si realmente pensaba seriamente si los hongos de psilocibina contenían el mensaje de una inteligencia extraterrestre. La propuesta no es tan fantasiosa como parece, respondió. Las esporas del hongo pueden sobrevivir al frío del espacio exterior; de hecho, los que cultivan estos hongos, almacenan las esporas en nitrógeno líquido. "Así que, si alguien estuviera diseñando un paquete bioinformacional, la mejor opción sería una espora. Millones de ellas, impulsadas por las presiones lumínicas y las dinámicas gravitatorias podrían filtrarse a través de la galaxia".

La inusual estructura química de la psilocibina sugiere un origen inusual, añade McKenna. Es el "único ácido fosfórico de toda la naturaleza que contiene indol", lo que indica que "quizá provenga de fuera del ecosistema terrestre". La personalidad del hongo, revelada por las experiencias inducidas en humanos, tiene además cierta cualidad de ciencia-ficción. "Se presenta a sí mismo como una especie de alienígena de estética Hollywoodiense —las superficies metálicas brillantes, las formas mercuriales, la penetrante e instantanea biointeligencia".

Fuente: Micelio Ficción

Comentarios