Biografia de Terence Mc Kenna (fuente: http://s3r3bro.net/arx/arx.htm)
Terence McKenna se convirtió en una de las figuras más importantes de la contracultura norteamericana de finales del siglo XX. De hecho, en una ocasión, Timothy Leary (apóstol del LSD durante los 60-70), le pasaba la antorcha psiquedélica a McKenna presentándolo como "el Tim Leary verdadero". Ahí es nada.
Él y su hermano Dennis se criaron en un pueblo pequeño, devorando novelas de ciencia ficción y libros de temática esotérica y ocultista. Se graduó por la Universidad de Berkeley en una licenciatura distribuida entre Ecología, Conservación de Recursos y Chamanismo. Además, viajó extensamente por Asia, Europa y Sudamérica durante toda su vida.
Durante estos viajes, se puso en contacto con la dimensión transcendente del ser humano. Después de haber conocido monjes tibetanos, místicos, chamanes, de haber bebido de sus pocimas, y de haber participado en sus rituales, McKenna volverá al seno de la civilización occidental e intentará fundir su nueva recién ampliada visión de la realidad con el pensamiento eminentemente tecnocéntrico y racionalista imperante en nuestra cultura.
Sus extraordinarias dotes para la oratoria lo convirtieron rápidamente en un personaje a tener en cuenta en la escena underground. Sus heterodoxas teorías le hicieron ganarse el estatus de verdadero visionario para algunos, de charlatán alucinado para otros (sobre todo desde los estamentos científico e intelectual).
Pero el hecho es que su pensamiento ha influenciado a un gran número de artistas, pensadores, desarrolladores de software (existe un culto hacia su persona en Silicon Valley) y demás fauna - después de haberlo leído, series como Expediente X o los cómics de Grant Morrison, se ven con ojos distintos. Como dice Tom Robbins en el prefacio de "The Archaic Revival", sus ideas nos maravillan no porque sean radicalmente nuevas, sino porque las reconocemos como algo profundamente olvidado.
Además, junto con su compañera, Kate Harrison, fundó Botanical Dimensions, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar plantas de tradición chamánica del Amazonas en un terreno de 19 acres ubicado en Hawai.
Terence McKenna murió en el año 2000 a raíz de un tumor cerebral. Dicen que lo hizo con una sonrisa en la cara.
En castellano hay editados ya tres de sus libros:
> "El manjar de los dioses"
Ed. Kairós
> "Caos, creatividad y consciencia cósmica"
(con Ralph Abraham y Rupert Sheldrake) - Ed. El Lago
> "Alucinaciones reales"
Ed. Castellarte
Los no traducidos son:
> "The Invisible Landscape"
(con Dennis McKenna)
> "Psilocybin - Magic Mushroom Grower's Guide
(con Dennis McKenna y firmado con los seudónimos OT Oss y On Oeric)
> "Trialogues on the Edge of the West"
(con Ralph Abraham y Rupert Sheldrake)
> "The Archaic Revival"
> "Synesthesia"
(con Tim Ely)
Así como un montón de material sonoro que pude encontrarse en el internete.
¿Chalado o profeta? El suscribiente (oseasé, el que suscribe), piensa que un poco de ambas dos cosas (como toda esta gente dada a lo visionario, por otra parte). Y es que, todo, todo, no se puede tener...
¿O sí?
Terence McKenna se convirtió en una de las figuras más importantes de la contracultura norteamericana de finales del siglo XX. De hecho, en una ocasión, Timothy Leary (apóstol del LSD durante los 60-70), le pasaba la antorcha psiquedélica a McKenna presentándolo como "el Tim Leary verdadero". Ahí es nada.
Él y su hermano Dennis se criaron en un pueblo pequeño, devorando novelas de ciencia ficción y libros de temática esotérica y ocultista. Se graduó por la Universidad de Berkeley en una licenciatura distribuida entre Ecología, Conservación de Recursos y Chamanismo. Además, viajó extensamente por Asia, Europa y Sudamérica durante toda su vida.
Durante estos viajes, se puso en contacto con la dimensión transcendente del ser humano. Después de haber conocido monjes tibetanos, místicos, chamanes, de haber bebido de sus pocimas, y de haber participado en sus rituales, McKenna volverá al seno de la civilización occidental e intentará fundir su nueva recién ampliada visión de la realidad con el pensamiento eminentemente tecnocéntrico y racionalista imperante en nuestra cultura.
Sus extraordinarias dotes para la oratoria lo convirtieron rápidamente en un personaje a tener en cuenta en la escena underground. Sus heterodoxas teorías le hicieron ganarse el estatus de verdadero visionario para algunos, de charlatán alucinado para otros (sobre todo desde los estamentos científico e intelectual).
Pero el hecho es que su pensamiento ha influenciado a un gran número de artistas, pensadores, desarrolladores de software (existe un culto hacia su persona en Silicon Valley) y demás fauna - después de haberlo leído, series como Expediente X o los cómics de Grant Morrison, se ven con ojos distintos. Como dice Tom Robbins en el prefacio de "The Archaic Revival", sus ideas nos maravillan no porque sean radicalmente nuevas, sino porque las reconocemos como algo profundamente olvidado.
Además, junto con su compañera, Kate Harrison, fundó Botanical Dimensions, una organización sin ánimo de lucro dedicada a preservar plantas de tradición chamánica del Amazonas en un terreno de 19 acres ubicado en Hawai.
Terence McKenna murió en el año 2000 a raíz de un tumor cerebral. Dicen que lo hizo con una sonrisa en la cara.
En castellano hay editados ya tres de sus libros:
> "El manjar de los dioses"
Ed. Kairós
> "Caos, creatividad y consciencia cósmica"
(con Ralph Abraham y Rupert Sheldrake) - Ed. El Lago
> "Alucinaciones reales"
Ed. Castellarte
Los no traducidos son:
> "The Invisible Landscape"
(con Dennis McKenna)
> "Psilocybin - Magic Mushroom Grower's Guide
(con Dennis McKenna y firmado con los seudónimos OT Oss y On Oeric)
> "Trialogues on the Edge of the West"
(con Ralph Abraham y Rupert Sheldrake)
> "The Archaic Revival"
> "Synesthesia"
(con Tim Ely)
Así como un montón de material sonoro que pude encontrarse en el internete.
¿Chalado o profeta? El suscribiente (oseasé, el que suscribe), piensa que un poco de ambas dos cosas (como toda esta gente dada a lo visionario, por otra parte). Y es que, todo, todo, no se puede tener...
¿O sí?
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