Cerebro como orquesta de Jazz

Nota: este texto trata sobre meditación y cerebro, corresponde a un articulo publicado en un periodico norteamericano

Son ocho, ocho practicantes budistas que suman cada uno de 10.000 a las 50.000 horas de meditación, son los "atletas" en su disciplina. Han ido de Asia o Europa a Madison, en Wisconsin, para participar en un estudio sobre los efectos de la meditación sobre el cerebro. Los resultados publicados hoy en las Actas de la Academia de ciencias (PNAS) en los Estados Unidos, justifican ampliamente el traslado. Los investigadores de la Universidad de Madison pusieron de manifiesto, por primera vez, que la meditación podría inducir modificaciones cerebrales duraderas en los que practican con experiencia.

Descifrado. Para poner de relieve este proceso, el equipo de Madison eligió un método simple. Este es el electroencefalograma que permite medir la actividad eléctrica cerebral por medio de electrodos colocados sobre el cráneo de la persona. El análisis de los resultados puso de manifiesto que estos meditadores con experiencia llegan a producir, durante su práctica, oscilaciones rápidas en las frecuencias ondas gamma. Esta actividad es ampliamente más elevada que en el grupo testigo, diez jóvenes estudiantes formados durante una semana en el arte de la meditación. Estas ondas gamma reflejan la coherencia de la actividad cerebral y se detectan durante estados de atención constante o en general durante la actividad consciente.

"Imaginémos el cerebro como una orquesta de jazz donde cada músico toca un instrumento diferente para conseguir una pieza coherente", propone Antoine Lutz, doctora en neurologías cognoscitivas, responsable de la investigación. "Las distintas regiones del cerebro se especializan en algunas funciones como las emociones, el gusto, el olfato, la memoria..." Deben sincronizarse entre ellas, como los músicos de jazz lo hacen cuando improvisan. La presencia de ondas gamma refleja la coordinación a través del cerebro de estos distintos módulos."

El aumento excepcional de los ritmos gamma en la corteza frontal, observado en el meditador experimentado, indica que estas regiones desempeñan un papel importante en la generación de este estado.
"No es sorprendente, puesto que en estas regiones se encuentran funciones mentales complejas, como el pensamiento abstracto, la capacidad de aprendizaje y también las acciones voluntarias", comenta Antoine Lutz. Pero no es la única zona en cuestión, el estudio muestra una activación de un gran número de regiones y, en particular, de las superficies parietales. Sugiriendo así una sincronización de larga distancia entre estas zonas. La meditación generaría pues una fuerte coordinación entre varias regiones del cerebro.
"Pensamos que el grado de sincronización refleja la entrenamiento de los sujetos”, destaca Antoine Lutz." Esta coherencia de la actividad cerebral se basa probablemente en una reorganización de las conexiones cerebrales. Por otra parte, la correlación en el practicante entre el elevado rango de ondas gamma antes de la meditación y el número de horas de práctica sugiere un efecto a largo plazo de la meditación sobre el cerebro. También constatamos un aumento de las ondas gamma después de la meditación. Eso implica un impacto a corto plazo en la dinámica cerebral."
Se trataría pues de una reorganización del cerebro debido al entrenamiento mental.
Los practicantes utilizaron, para esta parte del estudio, una técnica llamada de compasión universal y amor incondicional. Pero los aspectos siguientes del estudio, al parecer, describirán otros tipos de meditación (visualización, concentración y presencia abierta). Los investigadores utilizarán también las imágenes por resonancia magnética nuclear funcional (IRMF) que permitirá localizar las regiones estimuladas mejor anatómicamente. Una serie científica apasionante va a realizarse a la par de los análisis.
Estos primeros resultados ya abren perspectivas de aplicación en ámbitos como los problemas de déficit de atención, de ansiedad y por qué no del envejecimiento neuronal. "En los Estados Unidos la meditación diaria se utiliza en 200 hospitales para la gestión de la tensión. Por ejemplo en las fases terminales del cáncer ", señala Antoine Lutz.
Otros estudios sobre meditación, en particular el llevado a cabo por el dojo zen de Zurich y dirigido por Christoph Michel, responsable del Laboratorio de investigación del servicio de neurología al Hospital universitario de Ginebra, mostró un aumento de las ondas de baja frecuencia, alfa y theta, indicando más bien un estado de relajación.
"No analizamos las ondas gamma ya que son difíciles de registrar en superficie. Es muy interesante constatar la permanencia del cambio inducido por la meditación. Es el primero. Un muy bonito estudio que me habría gustado hacer bien", comenta deportivamente Christoph Michel.
Se trata ahora de saber si los cambios constatados realmente se deben a la meditación y no a una predisposición particular de los monjes. "Eso implica un estudio sobre la duración “, añade Christoph Michel," sería necesario también ver si los practicantes lo hacen realmente mejor en la práctica. Si tienen más facilidad para solucionar un problema."

Instrumentos de medición (frecuencas, ondas cerebrales y conciencia)

La actividad cerebral, que se calcula en hertz (Hz) o en ondas (bandas de Hz), varía considerablemente. Las ondas delta (0,5 a 4 Hz) corresponden al dormir profundo sin sueño; las ondas theta (de 4 a 7 Hz) a la relajación profunda; las ondas alfa (de 8 a 13 Hz) a la relajación ligera o al despertar tranquilo; las ondas beta (14 Hz y más) a las actividades corrientes así como, curiosamente, a los períodos de dormir teniendo sueños. Las ondas gamma (por encima de 30-35) darían prueba, ellas, de una activación de neuronas excepcional, tal como se la encuentra durante los procesos de creación y resolución de un problema.

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