Bajo los efectos del éxtasis la sensualidad se torna natural y
despojada de tabúes. Dentro de este marco experiencial, nos
sentimos liberados, en un estado de «existencia pura»,
nuestros centros sensoriales se expanden de tal forma que
cualquier cosa está cargada de intrínseca belleza. La experiencia
física deja de tener su marcado carácter biológico
para tornarse en un trance espiritual, mientras los cuerpos se
entrelazan en espiral alrededor del alma en un abrazo místico
de connotaciones tántricas provocando la alquimia de los
amantes. No obstante Uno de los aspectos menos expuestos
en lo que se refiere a la MDMA es el potencial sexual que
esta sustancia ofrece.
despojada de tabúes. Dentro de este marco experiencial, nos
sentimos liberados, en un estado de «existencia pura»,
nuestros centros sensoriales se expanden de tal forma que
cualquier cosa está cargada de intrínseca belleza. La experiencia
física deja de tener su marcado carácter biológico
para tornarse en un trance espiritual, mientras los cuerpos se
entrelazan en espiral alrededor del alma en un abrazo místico
de connotaciones tántricas provocando la alquimia de los
amantes. No obstante Uno de los aspectos menos expuestos
en lo que se refiere a la MDMA es el potencial sexual que
esta sustancia ofrece.
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