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Pueden además ver un video que muestra diferentes técnicas de eliminación de tatuajes.
Mientras tanto les recomiendo que se informen acerca de las tecnicas disponibles hoy para remover o quitar tatoos de la piel:
El láser, la mejor alternativa para la eliminación de tatuajes
Hacerse un tatuaje exige cierta reflexión, ya que se trata de un dibujo permanente que, en caso de arrepentimiento, resulta difícil de disimular o borrar. El láser ofrece una de las mejores alternativas para la eliminación de los tatuajes, aunque los resultados dependen siempre de las características del dibujo, el tipo de tinta empleado y la profundidad a la que se encuentran los pigmentos.
La eliminación de tatuajes con láser es un proceso habitual que ofrece buenos resultados en la mayor parte de los casos. “Se pueden tratar todos los tipos de tatuajes, tanto amateurs como profesionales, pero el resultado dependerá de la profundidad a la que se implante el pigmento, el tipo, el color y, sobre todo, la extensión”, explica la doctora Paloma Tejero, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Estética.
El láser emite pulsos de alta energía a distintas longitudes de onda, que son absorbidas por la piel, especialmente por los tejidos más oscuros. Así, la tinta de color azul o negra es tratada con una longitud de onda determinada, y la de color rojo o anaranjado, con otra longitud distinta. “La ventaja del láser radica en que permite tratar de forma selectiva la lesión sin dañar la piel de alrededor”, apunta Tejero.
La duración del tratamiento depende del tatuaje, pero normalmente se requieren de cuatro a seis sesiones, con un intervalo de tiempo de entre dos a cuatro semanas. En cuanto a los efectos adversos, pueden aparecer cicatrices anormales, hipertróficas o queloides, o quedar restos de pigmento. “En cualquier caso, la piel siempre tendrá el recuerdo del tatuaje que tuvo o una cicatriz”.
Por lo tanto, los resultados son variables y dependen de la situación de cada persona. “Cuando el tatuaje supone una dificultad importante para el que lo lleva, generalmente por motivos sociales, el resultado es siempre bueno, porque el objetivo es eliminarlo. Sin embargo, cuando el tatuaje es estético, en zonas como el escote o la cara, el resultado es siempre peor, y a la hora de eliminarlo hay que tener presentes las posibles complicaciones”.
Cirugía
El láser no es la única alternativa para la eliminación de los tatuajes. También es posible extirparlos quirúrgicamente, aunque las indicaciones de esta técnica resultan más limitadas. “”La cirugía está indicada en tatuajes de pequeño tamaño con el pigmento ubicado en capas muy profundas y con muchos colores. No obstante, siempre hay que explicar al paciente el proceso y las ventajas o desventajas frente a otras alternativas".
Asimismo, existen otros procedimientos, como las quemaduras por ácidos o la dermoabrasión, que permiten eliminar paulatinamente los dibujos. “Todas estas técnicas intentan provocar una quemadura que al formar costra elimine el pigmento. El problema es que son menos eficaces y selectivos que el láser o la cirugía, y es mucho más probable la aparición de secuelas”, concluye Tejero.
En buenas manos
A la hora de realizar o eliminar un tatuaje es imprescindible ponerse en las manos de buenos profesionales. En el caso de las personas que hacen los tatuajes, no siempre resulta fácil encontrar profesionales cualificados que realicen su tarea bajo las más estrictas medidas de seguridad sanitaria.
Ante la ausencia de un marco legal que regule el trabajo de estos profesionales, algunas comunidades autónomas, como Galicia, han establecido una normativa que intenta eliminar riesgos para el consumidor. Las autoridades sanitarias gallegas han aprobado un decreto que exige una titulación de ciclo superior en Estética o cualquier otra diplomatura o licenciatura en Ciencias de la Salud a todas las personas que se dediquen a realizar tatuajes, micropigmentación o piercings.
Asimismo, los realizadores de tatuajes deberán estar vacunados contra la hepatitis B y tétanos, y tendrán que utilizar guantes quirúrgicos y dispositivos para perforaciones de un solo uso, que estén envasados y esterilizados para garantizar su seguridad. De esta manera se pretende evitar el contagio de enfermedades como el sida o las hepatitis A, B y C.
Técnicas para eliminar tatuajes
En estos últimos tiempos ha brotado con fuerza la moda de decorar nuestro cuerpo con bonitos y vistosos tatuajes. Observamos especialmente en la piel de los jóvenes de nuestra sociedad, diferentes dibujos compuestos a veces por múltiples colores que adornan brazos, espaldas u otras regiones anatómicas, de las que por pudor no nos vamos a referir.
Desde el punto de vista médico, existen tres cuestiones importantes con las que uno debe ser cuidadoso a la hora de tatuarse la piel, que son: primero el riesgo de transmisión de enfermedades, segundo la posibilidad de alergias frente a ciertos componentes del tatuaje y tercero la necesidad de pensar en cómo retirar el tatuaje si algún día nos arrepentimos de él. En cuanto a la primera cuestión, es importante saber que se empleen materiales desechables para evitar contagios de enfermedades como la hepatitis B o el SIDA.
Por lo que se refiere a las posibles reacciones alérgicas, es tranquilizador saber que son extremadamente raras, especialmente al carbón que se emplea en la tinta negra. Cuando usan otros minerales como el cobalto para que el azul o los minerales para el rojo, entonces sí que nos podemos encontrar con alguna reacción alérgica, difícil de tratar a excepción de que se elimine el tatuaje.
El cómo retirar el tatuaje será quizás, el punto de mayor interés en todo este artículo, especialmente para quienes después de años se arrepienten de la ornamentación de su piel o para quienes por ejemplo llevan tatuado el nombre de su amada o equipo de fútbol y deciden pasado un tiempo cambiar una o el otro.
Antiguamente los tatuajes se retiraban de forma quirúrgica, dejando una cicatriz en su lugar. No hace mucho tiempo se decidió emplear la dermabrasión cutánea, que explicado de otra manera, sería como pasar papel de lija sobre la piel tatuada, dejando una suave y plana cicatriz.
No obstante, el procedimiento de elección, hoy día, es el empleo del láser Q-switch.
Este tipo de láser emite una gran cantidad de luz en un periodo de tiempo muy breve. Esta luz penetra por la piel como si fuera transparente, que de hecho lo es parcialmente, y en el momento en que se encuentra las partículas de tinta es absorbido transformándose en calor. De esta manera mediante láser podemos calentar específicamente las partículas que colorean el tatuaje, dejando indemne el resto de la piel. La temperatura que alcanza la tinta puede ser de varios cientos de grados centígrados; las partículas de tinta estallan literalmente y se disgregan en la piel para poder ser eliminados más fácilmente.
Por lo que se refiere a los colores, no todos son eliminados con facilidad. Ejemplo de ello es la tinta naranja o amarilla, que contiene muchas veces cadmio y se tratan con mayor dificultad. Algunos colores brillantes, como el rosa, contienen dióxido de titanio, el mismo componente que algunos protectores solares. Esto aviva el color de la tinta y hace bonitos muchos tatuajes, pero refleja la luz del láser y dificulta también su eliminación.
Gracias a la fortuna, la mayoría de los tatuajes son negros porque nuestra piel es blanca, lo que hace fácil su desaparición y el arrepentimiento de muchos tatuados encuentra una magnífica solución reversible a los dibujos de su piel.
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Pueden además ver un video que muestra diferentes técnicas de eliminación de tatuajes.
Mientras tanto les recomiendo que se informen acerca de las tecnicas disponibles hoy para remover o quitar tatoos de la piel:
El láser, la mejor alternativa para la eliminación de tatuajes
Hacerse un tatuaje exige cierta reflexión, ya que se trata de un dibujo permanente que, en caso de arrepentimiento, resulta difícil de disimular o borrar. El láser ofrece una de las mejores alternativas para la eliminación de los tatuajes, aunque los resultados dependen siempre de las características del dibujo, el tipo de tinta empleado y la profundidad a la que se encuentran los pigmentos.
La eliminación de tatuajes con láser es un proceso habitual que ofrece buenos resultados en la mayor parte de los casos. “Se pueden tratar todos los tipos de tatuajes, tanto amateurs como profesionales, pero el resultado dependerá de la profundidad a la que se implante el pigmento, el tipo, el color y, sobre todo, la extensión”, explica la doctora Paloma Tejero, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Medicina Estética.
El láser emite pulsos de alta energía a distintas longitudes de onda, que son absorbidas por la piel, especialmente por los tejidos más oscuros. Así, la tinta de color azul o negra es tratada con una longitud de onda determinada, y la de color rojo o anaranjado, con otra longitud distinta. “La ventaja del láser radica en que permite tratar de forma selectiva la lesión sin dañar la piel de alrededor”, apunta Tejero.
La duración del tratamiento depende del tatuaje, pero normalmente se requieren de cuatro a seis sesiones, con un intervalo de tiempo de entre dos a cuatro semanas. En cuanto a los efectos adversos, pueden aparecer cicatrices anormales, hipertróficas o queloides, o quedar restos de pigmento. “En cualquier caso, la piel siempre tendrá el recuerdo del tatuaje que tuvo o una cicatriz”.
Por lo tanto, los resultados son variables y dependen de la situación de cada persona. “Cuando el tatuaje supone una dificultad importante para el que lo lleva, generalmente por motivos sociales, el resultado es siempre bueno, porque el objetivo es eliminarlo. Sin embargo, cuando el tatuaje es estético, en zonas como el escote o la cara, el resultado es siempre peor, y a la hora de eliminarlo hay que tener presentes las posibles complicaciones”.
Cirugía
El láser no es la única alternativa para la eliminación de los tatuajes. También es posible extirparlos quirúrgicamente, aunque las indicaciones de esta técnica resultan más limitadas. “”La cirugía está indicada en tatuajes de pequeño tamaño con el pigmento ubicado en capas muy profundas y con muchos colores. No obstante, siempre hay que explicar al paciente el proceso y las ventajas o desventajas frente a otras alternativas".
Asimismo, existen otros procedimientos, como las quemaduras por ácidos o la dermoabrasión, que permiten eliminar paulatinamente los dibujos. “Todas estas técnicas intentan provocar una quemadura que al formar costra elimine el pigmento. El problema es que son menos eficaces y selectivos que el láser o la cirugía, y es mucho más probable la aparición de secuelas”, concluye Tejero.
En buenas manos
A la hora de realizar o eliminar un tatuaje es imprescindible ponerse en las manos de buenos profesionales. En el caso de las personas que hacen los tatuajes, no siempre resulta fácil encontrar profesionales cualificados que realicen su tarea bajo las más estrictas medidas de seguridad sanitaria.
Ante la ausencia de un marco legal que regule el trabajo de estos profesionales, algunas comunidades autónomas, como Galicia, han establecido una normativa que intenta eliminar riesgos para el consumidor. Las autoridades sanitarias gallegas han aprobado un decreto que exige una titulación de ciclo superior en Estética o cualquier otra diplomatura o licenciatura en Ciencias de la Salud a todas las personas que se dediquen a realizar tatuajes, micropigmentación o piercings.
Asimismo, los realizadores de tatuajes deberán estar vacunados contra la hepatitis B y tétanos, y tendrán que utilizar guantes quirúrgicos y dispositivos para perforaciones de un solo uso, que estén envasados y esterilizados para garantizar su seguridad. De esta manera se pretende evitar el contagio de enfermedades como el sida o las hepatitis A, B y C.
Técnicas para eliminar tatuajes
En estos últimos tiempos ha brotado con fuerza la moda de decorar nuestro cuerpo con bonitos y vistosos tatuajes. Observamos especialmente en la piel de los jóvenes de nuestra sociedad, diferentes dibujos compuestos a veces por múltiples colores que adornan brazos, espaldas u otras regiones anatómicas, de las que por pudor no nos vamos a referir.
Desde el punto de vista médico, existen tres cuestiones importantes con las que uno debe ser cuidadoso a la hora de tatuarse la piel, que son: primero el riesgo de transmisión de enfermedades, segundo la posibilidad de alergias frente a ciertos componentes del tatuaje y tercero la necesidad de pensar en cómo retirar el tatuaje si algún día nos arrepentimos de él. En cuanto a la primera cuestión, es importante saber que se empleen materiales desechables para evitar contagios de enfermedades como la hepatitis B o el SIDA.
Por lo que se refiere a las posibles reacciones alérgicas, es tranquilizador saber que son extremadamente raras, especialmente al carbón que se emplea en la tinta negra. Cuando usan otros minerales como el cobalto para que el azul o los minerales para el rojo, entonces sí que nos podemos encontrar con alguna reacción alérgica, difícil de tratar a excepción de que se elimine el tatuaje.
El cómo retirar el tatuaje será quizás, el punto de mayor interés en todo este artículo, especialmente para quienes después de años se arrepienten de la ornamentación de su piel o para quienes por ejemplo llevan tatuado el nombre de su amada o equipo de fútbol y deciden pasado un tiempo cambiar una o el otro.
Antiguamente los tatuajes se retiraban de forma quirúrgica, dejando una cicatriz en su lugar. No hace mucho tiempo se decidió emplear la dermabrasión cutánea, que explicado de otra manera, sería como pasar papel de lija sobre la piel tatuada, dejando una suave y plana cicatriz.
No obstante, el procedimiento de elección, hoy día, es el empleo del láser Q-switch.
Este tipo de láser emite una gran cantidad de luz en un periodo de tiempo muy breve. Esta luz penetra por la piel como si fuera transparente, que de hecho lo es parcialmente, y en el momento en que se encuentra las partículas de tinta es absorbido transformándose en calor. De esta manera mediante láser podemos calentar específicamente las partículas que colorean el tatuaje, dejando indemne el resto de la piel. La temperatura que alcanza la tinta puede ser de varios cientos de grados centígrados; las partículas de tinta estallan literalmente y se disgregan en la piel para poder ser eliminados más fácilmente.
Por lo que se refiere a los colores, no todos son eliminados con facilidad. Ejemplo de ello es la tinta naranja o amarilla, que contiene muchas veces cadmio y se tratan con mayor dificultad. Algunos colores brillantes, como el rosa, contienen dióxido de titanio, el mismo componente que algunos protectores solares. Esto aviva el color de la tinta y hace bonitos muchos tatuajes, pero refleja la luz del láser y dificulta también su eliminación.
Gracias a la fortuna, la mayoría de los tatuajes son negros porque nuestra piel es blanca, lo que hace fácil su desaparición y el arrepentimiento de muchos tatuados encuentra una magnífica solución reversible a los dibujos de su piel.
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