Los escandalos sexuales en la vida política de Estados Unidos nos sirven para entender el falso puritanismo y sus crueles consecuencias. En el Mutante Cósmico leo una reflexión que muchos tuvimos sobre este último escandalo sexual en el que renunció el gobernador de Nueva York por haber gastado mas de ochenta mil dólares en "prostitutas de lujo.": En estados unidos renuncia a la gobernación un hombre por haber pagado por sexo mientras que el presidente y su cúpula de reptiles se dedican a planificar ataques, invasiones y masacres por el bien de los negocios de la elite a la que pertenecen.
El debate sobre los escándalos sexuales se instaló en Estados Unidos:
Fuente: Eluniversal
El debate sobre los escándalos sexuales se instaló en Estados Unidos:
La dimisión de Spitzer ha sumergido al país en un debate sobre varios temas que la sociedad estadounidense debate con intensidad cada que un escándalo sexual estalla, lo cual ocurre con relativa frecuencia: la doble moral, el puritanismo y la hipocresía social
WASHINGTON, DC.- Después de la caída de Eliot Spitzer, el país ha comenzado a debatir varias cosas, entre otras por qué Estados Unidos es el país de los escándalos sexuales, y a qué se debe que los estadounidenses se tomen tan en serio las deslealtades vinculadas al sexo y no tanto otros asuntos con implicaciones más profundas en la vida pública.
"Se trata de una actitud de puritanismo que es mucho más fuerte en Estados Unidos y el Reino Unido que en otros países", opinó el profesor Kirk O. Hanson, director ejecutivo del Centro de Estudios sobre Etica Aplicada de la Universidad de Santa Clara.
"Son sociedades altamente sensibles a los escándalos sexuales y no parecen preocuparse de la misma manera por otros asuntos más importantes para la sociedad en general como la corrupción, el tráfico de influencias y los intereses cruzados entre la política y la industria".
La dimisión de Spitzer ha sumergido al país en un debate sobre varios temas que la sociedad estadounidense debate con intensidad cada que un escándalo sexual estalla, lo cual ocurre con relativa frecuencia: la doble moral, el puritanismo, la hipocresía social, la confianza de los estadounidenses en la política y el carácter que la sociedad ha otorgado a los políticos.
"Con frecuencia la sociedad tiene demasiadas expectativas en los políticos y piensa que deberían ser perfectos, decentes y honestos y por eso hay una gran decepción cuando algo así ocurre.
Olvidamos que son seres humanos con debilidades y contradicciones", dijo el profesor Hanson, en entrevista telefónica.
Alan Dershowitz, un famoso abogado que es profesor en la escuela de Leyes de Harvard y que tuvo como alumno a Spitzer, dijo que en todo lo que ocurrió hay una gran hipocresía.
"Tengo una gran pena por Eliot y su familia", declaró en una entrevista con una cadena televisiva. "Creo que debemos poner todo en perspectiva: hombres casados van con prostitutas.
En Europa este asunto no hubiera llegado ni a la tapa de los periódicos".
Susan Orr, profesora de Política en la Universidad del Estado de Nueva York, puso en práctica un ejercicio interesante: preguntó a sus alumnos que opinaban sobre el escándalo sexual de Spitzer y su renuncia al gobierno de Nueva York.
"Lo que no entiendo de lo que hizo Spitzer fue la arrogancia con la que actuó", dijo Matt King, un alumno. "Es ridículo. Hay mucha gente honesta, con credibilidad que podría ocupar ese cargo y que nunca harían lo que él hizo.
Cada político debería manejarse en los más altos niveles de conducta", dijo Evan Lang, otro estudiante.
Tras la renuncia de Spitzer, Gallup hizo una encuesta sobre estándares de honestidad y ética en más de 20 profesiones. Las enfermeras fueron las más calificadas con 80 puntos y después los profesores con 74% y los farmacéuticos con 70%.
Policías y clérigos se ubicaron por arriba de los 50 puntos, en tanto que los políticos fueron colocados en distintos niveles: los locales 20% , estatales 12% y congresistas 9%.
Mientras tanto, el futuro de Spitzer continúa siendo una incógnita. No se sabe si tendrá que enfrentar cargos federales relacionados con los 80 mil dólares que gastó en prostitutas y si tal vez perderá también su licencia de abogado.
The New York Times consultó a una serie de expertos que opinaron que, a pesar de que parece improbable, no es imposible que el ex fiscal pierda su licencia para ejercer como abogado por violaciones éticas o si enfrenta cargos federales vinculados con el hecho de haber transportado a una prostituta de un estado a otro, lo cual es castigado por una antigua ley federal.
Fuente: Eluniversal
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