Un enfoque interesante a la cultura rastafari, realizada por Víctor M. Fernández Martínez; Alfredo González Ruibal,Del Departamento de Prehistoria y Etnología, Universidad Complutense de Madrid. Fragmento de: "Arqueología e identidad de un pueblo fronterizo: los Berta de Benishángul (Etiopia Occidental)"
Rastafarismo: Movimiento de liberación
"...muchos movimientos de renovación africana buscaron en Etiopía sus orígenes, en especial el conocido rastafarismo (que ha llegado a elevar a la categoría de dios al último negus etíope, el emperador Haile Selassie, cuyo nombre antes de alcanzar esa categoría era Ras Tafari).
Resulta curioso que cuando, en 1974, el ejército se levantó contra el negus e impuso al cabo de un tiempo un régimen comunista de gran dureza que acabó con muchos de los privilegios de la aristocracia y la iglesia abisinias, se llamara la atención sobre el hecho de que Mengistu Haile Mariam, el jefe máximo hasta el final del régimen en 1991, fuese de color muy oscuro y, al parecer, hijo de un antiguo siervo del sur que había trabajado para un noble del norte del país (incluso se le denominaba popularmente baria, esclavo). Con ello se quería señalar que la revolución no sólo era económica sino también racial, una especie de revancha de los pueblos periféricos oprimidos. Pero como señala Donald Donham (1999a: 129-30), Mengistu era un periférico asimilado que no solo aceptaba los valores centralistas, que junto con el marxismo guiaron la revolución etíope, sino que al mismo tiempo los justificaba por su misma capacidad actual de integrar a las etnias antes despreciadas.(...)"
Rastafarismo: Movimiento de liberación
"...muchos movimientos de renovación africana buscaron en Etiopía sus orígenes, en especial el conocido rastafarismo (que ha llegado a elevar a la categoría de dios al último negus etíope, el emperador Haile Selassie, cuyo nombre antes de alcanzar esa categoría era Ras Tafari).
Resulta curioso que cuando, en 1974, el ejército se levantó contra el negus e impuso al cabo de un tiempo un régimen comunista de gran dureza que acabó con muchos de los privilegios de la aristocracia y la iglesia abisinias, se llamara la atención sobre el hecho de que Mengistu Haile Mariam, el jefe máximo hasta el final del régimen en 1991, fuese de color muy oscuro y, al parecer, hijo de un antiguo siervo del sur que había trabajado para un noble del norte del país (incluso se le denominaba popularmente baria, esclavo). Con ello se quería señalar que la revolución no sólo era económica sino también racial, una especie de revancha de los pueblos periféricos oprimidos. Pero como señala Donald Donham (1999a: 129-30), Mengistu era un periférico asimilado que no solo aceptaba los valores centralistas, que junto con el marxismo guiaron la revolución etíope, sino que al mismo tiempo los justificaba por su misma capacidad actual de integrar a las etnias antes despreciadas.(...)"
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