Crecimiento Económico y destrucción del planeta



Con motivo de las Olimpiadas en China, se publica información que refleja de forma sintética y clara el rumbo que tenemos como Comunidad HumanaI Planetaria. En varios medios de comunicación hablan sobre el impacto de las Olimpiadas en la economía del llamado "Gigante Chino".

La fuente de esta reflexión economicista es el banco de inversiones Goldman Sachs (uno de los grupos de inversión más grandes del mundo); dicen que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos desacelerarán la economía china durante los próximos dos meses.

En Clarín hacen ecos de la opinión de este grupo de inversión.
Las restricciones a la construcción, las fábricas, los automóviles y la minería para reducir la contaminación y el tráfico tendrán un efecto adverso a corto plazo sobre la producción económica, dijo Goldman en un informe.

La mayoría de los límites han sido impuestos en Beijing y cinco provincias y ciudades colindantes, que generan un 26 por ciento de la producción económica del país, dijeron Yu Song y Hong Liang, analistas en Hong Kong, en un informe del 8 de agosto.

La contaminación y el tráfico, son las dos cosas que el gobierno Chino "restringe". En realidad, el tráfico es una fuente de contaminación, otra más. La reducción de la contaminación no es por proteger el planeta, sino para "mejorar la imagen internacional de China ante el mundo"... la interpretación de los inversores-especuladores-reptoides es distribuida por los medios de comunicación sin una reflexión mínima.

No sólo porque probablemente todos los medios de comunicación tengan a una Goldman Sachs pagando sueldos, sino además debido a que los periodistas parecen estar dormidos mientras se habla de cómo envenenan a su planeta, la nave espacial tierra.

Asi la ciudad más contaminada del planeta (Pekín) refleja en la mente periodística la inconciencia más dañina y destructiva. La comunidad global se manifiesta asombrada por el gigantesco crecimiento económico de China y su enorme poder de penetración a los "mercados internacionales". Ciertamente, China es un ejemplo más del deterioro de nuestra humanidad que vive obnubiliada con la tecnología con un fervor y un nivel de compromiso aterrador. No nos obnubila aquello que nos retrotrae a las antipodas del cerebro, usando termino Huxleyano. No nos preocupamos en lo más mínimo  ante la evidente situación planetaria. Pero si estamos de acuerdo en qué es central para nuestras vidas: la fascinación humana por una nunca antes vista gama de tecnología para el consumo que se renueva sucesivamente ante una demanda desenfrenada de productos generados siguiendo patrones -diabolicos- que se caracterizan por una ausencia de sustentabilidad, en otras palabras: total y absoluta carencia de conciencia.

¿Hacia dónde vamos? Hacia Londres 2012, nos van pisando los talones toneladas de basura.

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