Al contrario de lo que se pensaba antiguamente, numerosos animales superiores, como los delfines, chimpancés o los perros y gatos domesticos, realizan procesos mentales que se podrían calificar de inteligentes. Tales procesos, como el uso de herramientas en la resolución de problemas, la elaboración de mapas mentales y demás tareas cognitivas nos acercan a nuestros orígenes. Los animales superiores sienten avanzados estados emocionales, se comunican mediante sonidos y en algunos casos usan el pensamiento abstracto. Estos primitivos rasgos de inteligencia también se dieron en las tempranas fases de la evolución humana, y es probable que la elaboración de un lenguaje articulado sea el factor determinante que nos distanció del resto de las especies.
Unos loros kea son sometidos a diferentes pruebas para evaluar su capacidad de deducción, análisis e inteligencia. Es increíble como estos loros incluso aplican el trabajo en equipo.
Otro ejemplo es esta lora de seis años de edad, que en el desafío de resolver un truco simple, les gana a los humanos que con ella se enfrentan.
Un cuervo y sus habilidades puestas a prueba.
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