Sobre Paranoias , extraterrestres e historias conspirativas

Los medios masivos de comunicación son empresas y sus lectores, clientes. Hoy en el diario aparece una entrevista Pablo Capanna (ensayista) En la entrevista Capanna habla de varios temas abordandolos desde un punto de vista estéril que carece de toda noción de magia.

Llega el 2010 y estamos próximos a la culminación evolutiva del 2012. Hay gente preocupada. Lo cierto es que se habla de paranoia. Cuando vemos la forma en la que estamos haciendo las cosas como especie que no cunda el pánico pero no seamos ciegos: estamos en picada. Yo no sé si en el 2012 van a venir en una nave todos los vecinos de la federación galáctica, pero dejame que te diga una cosa: simultáneamente encaminados al fin y a la sanación, el colapso y al mismo tiempo la esperanza. Tendemos puentes que nos pueden ayudar a mejorar nuestra relación con la biosfera. Pero son dos carreras dispares. Y de eso se trata el mensaje único que llega con diferentes matices desde la conciencia del planeta tierra hasta nuestra mente. Como si fuera el antivirus de la conciencia colectiva, el fenomeno OVNI y las canalizaciones nos ofrecen información sobre nuestro comportamiento como humanidad y como individuos.

Desde un bar de Villa Crespo, en la esquina de Corrientes y Malabia en el medio de Buenos Aires con los dos pies sumergidos en el barro de la Matrix un hombre busca esterilizar la comunicación entre el planeta tierra y los humanos ejerciendo una serie de reflexiones que si bien no me parecen brillantes en absoluto, por alguna razón les traigo para ahondar en lo que sea que estemos ahondando.

En el periódico Página 12 aparece una nota que habla de la búsqueda de encontrarle un sentido a todas las manifestaciones sobre vida extraterrestre y su conexión con nuestro desarrollo en la tierra.

En la nota en cuestión se entrevista a Capanna que aborda el tema de los llamados "delirios posmodernos":
El filósofo y ensayista se sumerge en el mito del extraterrestre, surgido a mediados del siglo XX, con una imaginería derivada de la ciencia ficción, para mostrar cómo fue evolucionando hasta resignificarse conforme al esoterismo más tradicional. “Como los huracanes, las crisis económicas y las mudanzas de la opinión pública, los mitos son estructuras que se autoorganizan a partir de un núcleo circunstancial y crecen asimilando las fuerzas del mundo que las rodea, casi como si fueran seres vivos”, señala el filósofo que nació en Florencia (Italia) en 1939 y vive en Buenos Aires desde los diez años, autor del clásico El sentido de la ciencia ficción, La Tecnarquía (1973), El señor de la Tarde (1984), El tiempo desolado (1993) e Idios Kosmos, entre otros títulos. En otro artículo recuerda que en 1953 Albert K. Bender, el editor de una de las primeras revistas dedicadas a los ovnis, escribió que había recibido la visita de tres misteriosos agentes vestidos de negro que le habían prohibido seguir investigando. Otro ufólogo, un tiempo después, retomó la historia en un libro titulado Ellos sabían demasiado sobre los platos voladores y logró sembrar la paranoia en todos aquellos que sentían curiosidad por el tema. Así nacieron los Hombres de Negro (Men in Black o MIB), cuya tarea consistía en desinformar y ocultar las pruebas de la presencia extraterrestre en la Tierra.

(...)

–Es curioso pero parece que cuanto más se avanza científicamente, más se incrementa la paranoia. ¿Cómo explicaría este fenómeno?

–Quizá sea por la súper abundancia de información, donde los datos o temas aparecen en un mismo plano y no se sabe bien a quién creerle. Entonces se duda. El mundo actual es bastante caótico; da cierta tranquilidad el hecho de creer que el mundo no sólo es caótico, que hay alguien que tiene el control remoto, que alguien nos está manejando, y como soy uno de los pocos que lo sabe, me siento elegido porque ya sé la explicación que la gente no tiene y eso me tranquiliza. A veces uno no sabe cómo encarar ciertas cuestiones porque hay gente con delirios muy bien estructurados (risas).

Creele a las estrellas y a tu corazón, no a los medios de comunicación. Como dicen los Violadores del Verso en Dale tiempo al rumor de lo que ves creete la mitad, de lo que no ves no te creas nada.

Enlace a la entrevista

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