Magos Galacticos

Este texto sobre los magos galacticos es autoría de Domingo Díaz y fue publicado en la web de Planeta Gaiga, sitio web de recursos "mayistas" hecho en españa. Un poco de magia y números para comprender en mayor profundidad.

"Magos" al rescate del orden perdido

Dice la leyenda que "magos" galácticos y otros "seres luminosos" de diferentes sistema solares, recibieron la invitación de encarnar en nuestro planeta con el objeto de elevar y transformar sus frecuencias. Estos "hijos del sol", acordaron avivar unos a otros el recuerdo, con el objeto de poder ayudar a la tierra en la gran transformación, que al término de un ciclo, tendría lugar. Para ello dejaron códigos en varias formas, como sonidos, colores, luces, imágenes, palabras y símbolos, una resonancia vibracional que los ayudaría a recordar su compromiso con la luz.

Fue acordado que esas claves codificadas aparecerían por todas partes, en el arte y la música visionarias, en miradas penetrantes, en conversaciones y sentimientos, todo creando un profundo anhelo de despertar y llegar a ser la encarnación del amor.

La leyenda cósmica, contenida en el "Llamado Mítico" de José Argüelles, lucha ahora por hacerse paso en la realidad y ha sido leída y meditada en los Seminarios que los magos de la tierra han celebrado durante la pasada Semana Santa en diferentes puntos del planeta.

Según la leyenda que dio a conocer este visionario norteamericano de origen hispano, los "hijos del sol" estarían siendo ahora bañados con el agua del recuerdo, preparados como "guerreros del arcoiris" para completar la promesa del nuevo mito, afianzando la presencia del amor en la tierra.

El recién celebrado Seminario español de los Magos de la tierra, al igual que el resto de iniciativas paralelas, habría esbozado uno de los últimos renglones de esta leyenda aún inconclusa. El encuentro en un apacible valle de la Bizkaia verde y profunda, habría sido un ejercicio más de recuerdo, una ducha colectiva en las claves del despertar, tras el postrero objetivo del reverdecer del planeta.

A la cita acudieron casi sesenta de estos "ingenieros galácticos", como también se autodenominan, procedentes de los más diversos rincones de la península y durante siete días se afanaron en el "recuerdo". Empeñados en refrescar la memoria y escudriñar el orden cósmico que subyace en todo cuanto existe, se refugiaron durante una semana en el albergue que la comunidad de Amalurra (madre tierra en vasco) acaba de estrenar en la comarca de las Encartaciones.

Lo han proclamado a los cuatro vientos: "las últimas herramientas para conocer el 'programa galáctico' y poder participar en él, ya han salido a la luz y están especialmente 'diseñadas' para el momento presente". Los modernos magos "new age" están resueltos a ganar habilidad con ellas. Les anima la convicción de que si la humanidad se pusiera a utilizarlas, nos podríamos por fin acoplar al orden cósmico de lo creado y la paz se establecería en los "jardines" de la tierra.

"Todo es número"

Su olfato escrutador se dirige al centro de la galaxia. Dicen que desde allí se trasmite la información a través de la luz por "campos resonantes" y se dispone en ondas, tonos, frecuencias, armónicas... En términos científicos la resonancia sería equiparable a los campos electromagnéticos en continua interrelación. Los magos están persuadidos de que cuando desde el Principio Inteligente del Universo se prepara un plan, la federación galáctica, supuesta jerarquía universal, llama a los mensajeros, los mayas, para que lo introduzcan en el lugar elegido.

En estos momentos se trataría de actualizar la información contenida en ese plan. Con espartana disciplina que arrancaba con meditación a las seis de la mañana, y proseguía con la lectura del "tono" y el "sello" del día antes del desayuno, los magos se emplearon a lo largo de su intenso seminario en descifrar esas resonancias. Fieles a su consigna por excelencia "Todo es número. Dios es número. Dios está en todo", mañana y tarde lo acecharon. Lo olieron, lo pisaron, lo meditaron, lo jugaron, lo pintaron, en un constante y obsesivo empeño de resonancia interna. Una de las organizadoras del evento, Puy Lizarraga, trata de revelarnos el poder de estas nueva algebra: "Los códigos del tiempo tienen una estructura matemática 'radial' y 'vigesimal', superior en poderes y cualidades a la decimal. Los números no son algo frío, todo lo contrario son energía estructurada".

En ese esfuerzo de descifrar tan precisa información contenida en "el plan divino que emana del Dador de Vida", los magos echaron mano de modernas herramientas, pero no desdeñaron tampoco los viejos poderes de la risa, el canto, el humor y la danza. Conjugaron teoría y práctica en pos de la ruptura de la dualidad y la separación que dicen se halla en la clave 12:60. Gracias a ella habrían anclado la ambición y el abuso de poder en nuestro planeta. Con el 12:60 el tiempo habría pasado a ser espacio, medida geométrica, creando una falsa ilusión. El milagro de la paz y la unidad sobre una tierra en sintonía con el cosmos se ajustaría, por el contrario, a la clave 13:20, frecuencia que emitiría la galaxia. Según los magos el 13:20 interconecta todo y no se debe perder de vista.

El seminario quiso marcar distancia con el mundo para posibilitar la "burbuja de la cuarta dimensión", es decir un espacio fuera del tiempo, donde reinara la armonía y el ambiente lúdico. "El hecho de ensayar a vivir en una dimensión superior, nos comenta Felipe Ramos una maestro donostiarra iniciado en estas piruetas galácticas, nos permite descubrir una nueva organización social, acorde con los ritmos naturales y con la felicidad". La "burbuja" que quisieron formar experimentaba, no obstante, sus escapes. Cuando alguien se escapaba al bar del pueblo, preso de los hábitos, zarandeado por la "tentación" del café o el tabaco, se decía con cierto acento misericorde que fulanito había bajado a la "tercera" (dimensión).

Argüelles, el último "hippie"

El culpable de este y otros tantos concilios de magos que se han celebrado en fechas recientes en Brasil, México, Costa Rica es el autor del cuento inicial, José Argüelles, artista, escritor y visionario, amén de líder mundial del "Movimiento 13 lunas" . Sus grupos, mayormente repartidos por América, están empeñados en la instauración de la paz y la fraternidad planetaria y persuadidos de que el cambio vendrá tras la adopción del calendario natural de 13 lunas. Su actividad se divide entre la sensibilización y el estudio. No paran de analizar los trabajos y herramientas que les facilita constantemente este profeta del cálculo.

Unos meses atrás habían organizado un jaleo semejante, esta vez a nivel mundial, en el Parque Nacional chileno de "Picarquin" a 60 Kms. al sur de Santiago de Chile, en medio de 3.000 hectáreas de bosque montañoso, un paraje de ensueño, frente a la impresionante cadena montañosa de los Andes. Doscientas personas procedentes de los más diversos lugares del mundo, recluidos en idílicas casas madera, en medio de un paraje natural de salvaje belleza, se emplearon durante siete semanas en estudiar el pulsar invisible de la galaxia.

Los magos están obsesionados por rehacer las cuentas del tiempo. Insisten en que seguimos un calendario mecánico y artificial que nos sume en una honda alienante y que además nos aleja del ritmo natural del cosmos. Argüelles, auténtica reliquia "hippie" de los 60, hace años que emprendió una cruzada por la ruptura con nuestra "concepción lineal, mecanicista y materialista de la existencia" que sostiene nuestro esquema meramente tridimensional y aboga por acercarnos a nuestra olvidada naturaleza multidimensional y divina. Para romper el hechizo del 12:60 y habituarnos al equilibrio de la proporción cósmica, Argüelles ha dado luz a diversos juegos (Dreemspell, Telektonon, las 20 tablas del tiempo..), que más allá de su utilidad recreativa, son verdaderas herramientas de autoconocimiento y de exploración cuatridimensional.

En el origen de todas estas claves se encuentran los mayas. José, como habitualmente aluden a Argüelles los integrantes del movimiento, afirmaba ya en sus primeras publicaciones que el linaje cósmico de los mayas acude a insuflar nueva información cuando un planeta se encuentra preparado para realizar una transición. Una vez asentados, se ocuparían de establecer los códigos de la sincronización, que serían decodificados por las personas preparadas para ello, en el momento estipulado. Los magos de la tierra están convencidos de que ese momento ha llegado, de ahí su ahínco en el rescate de esos códigos.

Casino o universidad

En plenarios por la mañana y en pequeñas "familias" (grupos de trabajo) por la tarde, los congregados en Arcentales se entregaron, sin apenas descanso, a ese afán decodificador. Sin embargo su sala de trabajo más parecía un enorme casino que un espacio de estudio. Despistaban esos grandes tableros y ruletas en los que clavaban sus miradas y con los que se esforzaban por ajustarse al orden sincrónico cósmico.

En ese gran espacio de juego invadido de alfombras y cojines por los suelos y de coloridos "glifos" (símbolos mayas) y modernos mandalas por las paredes, interrogaban a los cielos hasta altas horas de la noche. Allí los ojos no se nublaban por el dinero, y los sobresaltos venían acompañados de grandes enseñanzas. La moneda de intercambio no eran frías e idénticas fichas, sino conocimiento encriptado en dibujos. Los traicioneros ases eran sustituidos por las cartas de "tonos" y "sellos" cargados de poesía y misterio: "viento magnético amarillo", "castillo verde central", "onda encantada de la estrella"

Las ruedas de la ruleta no estaban impulsados por el afán de lucro, sino por el anhelo de compartir las claves para franquear el nuevo tiempo. Quien más fichas o claves poseía, más obligado se sentía a compartir. Eran las pautas de este seminario-casino, donde los dados estarían movidos por algún oculto chip y los jugadores animados por un sano impulso de conocimiento y cooperación.

Durante los tres primeros días los más veteranos en el "Encantamiento del sueño", herramienta base para el descubrimiento del nuevo tiempo, iniciaron a los más legos en la materia. Los enganchados al jueguecito cósmico creen que es capaz de sanar el virus de nuestro "disco duro": "Su asidua utilización restaura los circuitos de memoria de la cuarta dimensión, lo cual nos permite, a su vez, recuperar nuestra conciencia de la 'misión original'". Su esencia fue sacada del Tzolkin, o calendario sagrado maya, que contiene los códigos de la matriz radial del tiempo.

Jesús Juango, profesional de la construcción bioclimática y picado también por el gusanillo de este juego galáctico, tiene la gentileza de explicarnos la naturaleza y finalidad del mismo: "La información que nos llega del centro del universo o Hunab Ku, se propaga por ondas, que están plasmadas en este 'tablero del tiempo' y que una vez que se conocen, nos sirven de guía para sincronizarnos con el ritmo universal. Cada día lleva un tono, un oráculo que nos descubre lo eterno en el presente continuo y las cualidades a vivir en cada momento".

El "Dreamspell", como le llaman los americanos al socorrido juego, parte de la premisa de que cada persona lleva impreso un código vibratorio básico según el día en el que salimos al mundo, pues se supone que elegimos nacer en ese momento determinado con la finalidad de traer un tipo de energía. Jesús cree firmemente en las bondades del tablero que diseñó Argüelles: "Este juego de conocimiento nos ayuda a realizar 'la misión' que justifica nuestra existencia, al enseñarnos a distinguir el contenido y la vibración de las energías cósmicas. Nos proporciona unas tablas que nos traducen y nos indican la energía que corresponde a cada día y su relación con nuestro propio patrón energético, para así aprovecharla en nuestro propio beneficio". Esta amena herramienta nos daría, por lo tanto, las claves para conectarnos y armonizarnos con los días y su influencia pulsante, además de permitirnos conocer la esencia de nuestra alma y nuestra misión.

Una vez estuvieron todos en el mismo punto de llegada, al cuarto día saltaron sobre un tablero aún más complicado: el Telektonon. Con este nuevo juego se trata de sincronizar la mente humana con el calendario de 13 lunas y los ritmos e influencias planetarias y contrarrestar "los cuatro poderes abusivos", a la sazón: el materialismo, el miedo a la muerte, la sexualidad degenerada y la falsa espiritualidad. Del Telektonon dice Argüelles con su habitual lenguaje grandilocuente e iluminado: "Es un plan de emergencia de la inteligencia galáctica, con una matemática radial perfecta codificada. Es un recorrido iniciático, para realizarse como 'humano biotelépata solar'. Es el tubo por el que habla el espíritu de la tierra. Es redescubrir la tecnología de la telepatía y los poderes de la sincronización, recuperar el tiempo y el conocimiento perdidos".

Tras el Telektonon vinieron nuevos tableros cada vez más difíciles e inescrutables: unos tomados prestados en Chile, otros incluso recién llegados vía Internet, alumbrados por un José que no cesa de dar vida a nuevos instrumentos de insercción en el orden cósmico. Durante años este hombre, persuadido por un inagotable afán investigador, siguió la pista de los mayas, auténticos rastreadores de los cielos, "ingenieros galácticos" con conciencia experiencial de las radiaciones de las diferentes fuerzas que influyen en la tierra. Pero incluso esa línea de trabajo se le quedó pequeña y en estos momentos trabaja para integrar los códigos del Tzolkin (calendario sagrado maya) con las Runas, el I-Ching e incluso el Corán.

Proyecto Rinri: ejercicio telepático colectivo

Pero el verdadero plato fuerte del seminario fue el llamado proyecto Rinri. Los magos no se dedican sólo a hacer malabares con sus 20 tonos y 13 sellos, a jugar con sus pequeñas pirámides sobre la oca del Telektonon, o los castillos del Encantamiento, están empeñados en cambiar el mundo integrándolo en los ritmos universales. Hace ya varios años que se pusieron manos a la obra. Su empeño culminará en breve en un experimento telepático a gran escala "que requiere del concurso de los corazones y las mentes de todos los seres de buena voluntad". Pero vayamos por partes, porque para comprender este proyecto de carácter científico es primero necesario acercarnos el concepto de noosfera o mente grupal.

Esta idea fue acuñada hace más de medio siglo por el famoso filósofo y antropólogo francés fallecido en el año 1955, Theilhard de Chardin. Esta capa o atmósfera mental del planeta constituiría la extensión natural de evolución de las capas más físicas del planeta como son la atmósfera y la biosfera (capa exterior de la tierra de 6 Kms. de altitud donde se manifiesta y tiene lugar la vida biológica).

Según nos revela Domingo Díaz auténtica "alma mater" del Movimiento de las 13 lunas en nuestro país y promotor del seminario, la existencia de la noosfera es la diferencia que permite ampliar el concepto de "Planeta tierra" al de " Planeta Gaia". El segundo sería la extensión consciente e inteligente del globo físico, su auténtica puesta de largo como ser vivo. Veríamos por lo tanto a Gaia como un cuerpo de consciencia en evolución, dirigiéndose hacia su propio ascenso dimensional.

Los magos gustan del término "nave del tiempo". Así pues nuestra nave tierra se encontraría en acelerada marcha hacia el final de su ciclo tridimensional, hacia la cuarta dimensión, que según el calendario maya tendrá lugar en 2013. Gaia sería en definitiva, un ser vivo y consciente alimentado en su cuerpo espiritual por la vibración del Hunab Ku. Esta Gran Estación central galáctica se comunicaría con la tierra principalmente por el canal energético que constituyen los seres humanos.

Domingo Díaz, ingeniero de profesión y generoso militante del 13:20 en sus horas libres, está persuadido de que la noosfera activada y viva, constituye la base, el soporte, el caldo de cultivo de desarrollo de las capacidades innatas del ser humano: "Estos potenciales como son la comunicación telepática, el aumento de la percepción, la intuición como vía de conocimiento, la clarividencia... están actualmente atrofiados por la pérdida de la conexión del ser humano con sus planos dimensionales superiores debido a la implantación y persistencia de la ley 12:60 y el uso del calendario gregoriano, entre otras causas".

El proceso de activación de la noosfera ya en marcha, sería responsable del incremento acelerado del despertar de la conciencia que se está produciendo entre los seres humanos en los últimos años. Su aceleración se debería al fuerte e inusual incremento de llegada de plasma energético y campos magnéticos a la atmósfera terrestre. Díaz alude a las consecuencias de este "acelerón": "El incremento de plasma solar, que está produciendo un fuerte aumento del nivel del magnetismo terrestre, es hasta ahora un tanto caótico y desordenado y es responsable del aumento de crisis, catarsis, cambios y removidas que van en constante aumento entre las personas, como paso previo necesario al despertar de las conciencias, especialmente desde la fecha del eclipse solar del pasado año".

El objetivo del proyecto Rinri consiste en "canalizar, reagrupar y ordenar el plasma solar mediante la generación del 'puente arcoiris circumpolar', un verdadero arcoiris de luz plasmática que se establecerá entre ambos polos terrestres y que será perfectamente visible por los seres humanos". Los magos de las 13 lunas están persuadidos de que este puente de luz será definitivamente responsable de la activación definitiva de la noosfera que traerá a su vez diferentes consecuencias: "Constataremos la democratización de la telepatía y de la bajada de información de la "memoria akásica'. El "puente arcoiris circumpolar", dará lugar también a la entrada de la humanidad en la 'era psicozoica', un nuevo ciclo pronosticado y predicho por múltiples profecías, entre ellas la profecía maya, como el de la unión del cielo y la tierra".

Este proyecto lleva realizándose día tras día desde hace cuatro años por gentes del "Movimiento 13 lunas" al servicio de la evolución planetaria, preparando el terreno para el acto final definitivo del "lanzamiento del arcoiris circumpolar" que tendrá lugar el día "Fuera del Tiempo" de este año 1.999 maya (25 de Julio de 2.000). El experimento requerirá la colaboración mental consciente del mayor número de personas posibles, estratégicamente colocadas por todo el mundo y cuya fuerza mental será dirigida por los "ingenieros radiosónicos" formados en los diversos Seminarios de los Magos de la tierra.

"¡In lake'ch!"

Al fondo del largo pasillo de los números, de la larga semana de investigación colectiva aguardaba la fiesta y la ceremonia. Los magos sacaron entonces sus mejores galas y recursos escénicos. La noche del sábado "gregoriano", arrinconados los misteriosos tableros del destino, acallados por un momento los códigos interpeladores de "sellos" y "tonos", los acechadores de resonancias cósmicas se sumergieron en la farándula terrestre. Demostraron moverse también con facilidad sobre los escenarios y la ficción tridimensionales. No en vano han elevado el arte y el humor a la categoría de ley universal.

"!In lake'ch!" (¡Yo soy otro tú!) clamaron al unísono en la ceremonia del domingo tras la solemne lectura del "Llamado mítico" de Argüelles. Tal como reza en su contenido, los magos no habían faltado a la cita otrora fijada. Habían compartido los dones y entregado a sí mismos a la magia de la tierra. Sin embargo el mayor desafío arrancaba con la clausura y el último y fraterno abrazo, pues más allá de la "burbuja" de Arcentales se habían propuesto hacer realidad sobre la tierra el lema maya: "¡Xa ta zac xa ta amac!" (¡Que pueda haber únicamente paz en Su presencia!).

"The time is monkey"

Con la seguridad con la que se manifiesta María José Busto, Txotxe, parece controlar las claves de la relación galaxia-tierra en nuestros días. Decana de la astrología guipuzcoana, su hablar pausado y convencido revela haber integrado, sin mayor dificultad, en su formación astrológica y esotérica las herramientas del nuevo tiempo. Fue una de los seis españoles que durante siete semanas se sometió al bombardeo informativo de un incombustible José.

En esos cuarenta y nueve días recibió teoría y práctica de los nuevos instrumentos de "navegación", que ahora ha compartido de forma generosa y gratuita, siguiendo el compromiso allí contraído. Se trata de una cadena de transmisión que pretende ir libremente abarcando a más "kines" o personas. Para los magos el tiempo no es "money", sino "monkey", mono, juego, arte, disfrute y aprendizaje colectivo.

Txotxe resume el arquetipo de la nueva maga, familiarizada enseguida con las nuevas claves y códigos, que quizá ya le latían de forma más o menos inconsciente. En un receso del plenario, logro secuestrarla y someterla a interrogatorio a la orilla del río que baña el idílico entorno de la comunidad.

Le invito a que me desglose en un castellano más cervantino y menos técnico el empeño en el que se encuentran enfrascados. En un comienzo, la exposición de esta líder del grupo es bastante lineal, como el tiempo que pretenden abandonar. Hay que aguardar ya entrada la conversación, a que la emoción encienda su correcto y ordenado discurso y su reticente sonrisa vasca aflore en contagioso esplendor: "La transición hacia la cuarta dimensión está ocurriendo ya y se trata de conocer realmente todo el proceso, para poder participar conscientemente y aportar la claridad necesaria para que todo el cambio ocurra lo mejor posible. Es tiempo de conocer el propósito de emergencia de Inteligencia galáctica".

Al igual que el "gurú" del movimiento, Txotxe transita con familiaridad entre la matemática y la profecía. Entre número y número que se escapa a la mente de su interlocutor, deja colar estimulantes augurios más fáciles de retener: "La galaxia en su expansión emite 'esporas' como la tierra, para que le aporten más y más sensaciones, más y más consciencia, para que un buen día, la intensidad sea tal, que explote en un orgasmo de luz y amor, realizando así su transición. Es lo que ocurre en lo que llamamos "supernovas", cuando se aúna suficiente cantidad de consciencias y explotan. El único requisito para llegar a ese éxtasis, es participar en el programa emitido por la galaxia, conocer su estructura, su funcionamiento, sus códigos"

Ante una mirada honda y transparente intuía que en algún momento emergería también la chamana. En efecto, no se retrasa a un encuentro más espontáneo con las palabras. En un respiro en medio de esta particular álgebra galáctica, de extraños cálculos de "tonos" y "sellos", enfatizó: "En definitiva buscamos vivir la realidad de la tierra como seres vivos, conocer su Espíritu, sincronizarnos con él, aceptando sus ritmos. Aspiramos a conocer el espíritu del fuego, del agua...., vivir la esencia de la creación, traspasando las apariencias y la mente llena de conceptos que no es capaz de ver más del envoltorio".

Con la Iglesia hemos topado...

"El Movimiento mundial de paz y de cambio al calendario de 13 lunas" es una iniciativa del matrimonio Argüelles para explicar y promover la aceptación por parte de la sociedad actual de la sustitución del calendario gregoriano, actualmente vigente, por el de 13 lunas. Este calendario establece la necesaria base para la sintonía del ser humano con la armonía universal y favorece el despertar de la conciencia.

El Movimiento está organizado en una base "jerárquica horizontal" y respetando el principio de la libre voluntad. Desde su creación, en 1992, ha encontrado eco en 22 países de Europa (Rusia, Irlanda, Italia, Alemania, Holanda, Eslovenia y España) y principalmente de América. Con sorprendente fuerza ha arraigado también en Japón. El mensaje del cambio de calendario ha sido entregado a los principales líderes políticos y religiosos del mundo, entre los que cabe señalar: Bill Clinton, los mandatarios del G-7 de los países industrializados, el Secretario General de la ONU, Mr. Koffi Anan... A través de intermediarios y con especial atención se ha hecho llegar también este mensaje al papa Juan Pablo II, sin embargo el silencio vaticano a la propuesta ha sido total.

En España el "Movimiento 13 lunas" tuvo un fuerte impulso inicial en 1.992 y 1.993 apoyado por la creación y la introducción en España del juego del "Encantamiento del Sueño" que esta propia revista se encargó también de distribuir. Tras este primer impulso languideció hasta hace dos años, en que resurgió con fuerza, bajo la denominación de Grupo 13 lunas. Esta asociación nació empujada por la necesidad de actualizar y difundir en la sociedad el cambio de calendario y expandir el legado espiritual maya.

Plegaria maya de las siete direcciones galácticas

Desde la Casa Este de la Luz

que la sabiduría se abra en aurora sobre nosotros

para que veamos las cosas con claridad.

Desde la Casa Norte de la Noche

que la sabiduría madure en nosotros

para que conozcamos todo desde adentro.


Desde la Casa Oeste de la Transformación

que la sabiduría se transforme en acción correcta

para que hagamos lo que haya de hacerse.


Desde la Casa Sur del Sol Eterno

que la acción correcta nos dé la cosecha

para que disfrutemos de los frutos del ser planetario.


Desde la Casa Superior del Paraíso

donde se reúne la gente de las estrellas y los antepasados

que sus bendiciones lleguen hasta nosostros ahora.


Desde la Casa Inferior de la Tierra

que el latido del corazón cristal del planeta

nos bendiga con sus armonías para que acabemos con la guerra.


Desde la Fuente Central de la Galaxia

que está en todas partes al mismo tiempo,

que todo se reconozca como la luz de amor mutuo.

¡Ah yum hunab k'u evan maya e ma ho!

El poder del +1
El poder de la evolución de la conciencia

conceptualizado en clave maya

Por encima de todo lo que es, de lo que se manifiesta materialmente, de lo que tiene vida, existe un poder que lo anima, un continuo de energía, una corriente de conciencia que lo dota de un movimiento, de una evolución, a veces imperceptible e indetectable, pero siempre imparable, hacia la gracia del espíritu. En su habitual lenguaje matemático abstracto, los mayas llamaron a este poder, a esta energía evolutiva, "El poder del +1"

Por difícil que a veces sea creerlo y aceptarlo desde estos planos dimensionales densos donde la realidad se oculta tras el pesado velo de la ilusión tridimensional, la evolución hacia el espíritu puro es algo inmanente e inseparable de la propia esencia del Universo, está íntimamente ligada a su propia concepción y constituye, más que una ley, la base del Plan Divino.

Esta dirección evolutiva, esta corriente energética no es un asunto sobre el que los humanos de este planeta y de este fractal de tiempo podamos opinar y discutir. Como al resto de lo que es, sólo nos queda la alternativa de conocerlo y unirnos a dicha corriente nadando a favor, o que nos arrastre a nuestro pesar en un confuso y turbulento movimiento interior y exterior porque, en definitiva, nada hay fuera de la corriente y ésta nunca se detiene.

Para los mayas, esta corriente energética que anima la vida hacia la evolución de la conciencia es generada en el Hunab Ku, el Gran Sol Central, el Corazón de la Galaxia, de donde toda energía, todo aliento de vida, toda vibración, emana y al que regresa, al modo de la corriente en un circuito eléctrico, en un perpetuo e incansable movimiento de flujo y reflujo, de dar y recibir, de espiración - inspiración galáctica.

Los mayas llaman a Hunab Ku, nuestro concepto de Dios, el "Principio Dador de la Medida y el Movimiento", adjetivándolo de forma muy diferente a la que se utiliza en la tradición cristiana: redentor, misericordioso, bondadoso, Padre, etc. En la tradición espiritual maya, dotada de una poderosa y sugerente numerología, al poder de Hunab Ku se le denomina el "poder del +1".

Así, partamos del número cuatro, el más preclaro representante de la materia manifestada, el número de lados del cuadrado, la figura geométrica más estable, más inamovible, el número que define los límites de la materia -cuatro direcciones del espacio-, de la naturaleza -cuatro vientos, cuatro elementos- y del tiempo -cuatro estaciones-, y que en el Calendario maya representa las cuatro Razas Raíz y el número de días que componen un ciclo armónico o Armónica, el menor ciclo de tiempo en que se reproduce un patrón vibratorio cíclico de la energía de los días. Si al cuatro le sumamos una unidad obtenemos el cinco, el número del movimiento, dando lugar al ciclo Cromático, el ciclo de la evolución, el quinto Castillo del Tzolkin, al que se denomina el Castillo del Encantar, el Castillo de la evolución hacia el espíritu, los cinco dedos de las manos con las que interaccionamos con el mundo, el pentágono, el poliedro más inestable, presto al giro y al avance.

Analicemos también el número doce, número estable, par y múltiplo perfecto de toda una serie de otros números menores. Doce meses irregulares y arbitrarios tiene el año en el Calendario Gregoriano, dos veces doce horas tiene el reloj, instrumento de conversión del tiempo a espacio, de la cuarta dimensión a la tercera. Si al doce le sumamos una unidad obtenemos el trece, el número por excelencia de la Cuarta Dimensión. Trece Lunas tiene el Calendario planetario y biorrítmico, trece es el número de días de una Onda Encantada, el estándar de medida del tiempo cuatridimensional, el número de vibraciones sutiles diferentes que envía secuencialmente Hunab Ku durante trece días, los Doce Apóstoles más Jesucristo, la presencia del espíritu en medio de la materia.

Pero tal vez el caso más claro de la actuación del poder del +1 se obtenga con el número 64. Este número es el más representativo de la materialización de la vida. 64 es igual a 4 elevado al cubo. 64 es el número de hexagramas del I-Ching, y el número de runas en los principales sistemas rúnicos. El I-Ching y las runas constituyen los códigos de las claves genéticas del ser humano ya que representan el vehículo exterior de los 64 cordones del ADN humano, las 64 combinaciones de aminoácidos que, repetitiva y aleatoriamente forman las moléculas de ADN, principio de la vida genéticamente materializada.

Pues bien, si al número 64 le sumamos una unidad obtenemos el número 65, que constituye el número de Armónicas (ciclo armónico) que contiene un Tzolkin de 260 días, el cual constituye a su vez el compendio o descriptor de las combinaciones de vibraciones (diferentes energías) que cíclicamente recibimos de Hunab Ku, considerándose al Tzolkin como el verdadero código del acceso al cuerpo de luz de los seres vivos. Así pues, el "poder del +1" aplicado al ser humano define y expresa la evolución desde la pura materia densa del ADN a la vibración luminosa del "huevo áurico" en un ejemplo más de los diferentes pasos de la imparable corriente de evolución hacia el espíritu. Y recuerda: "Todo es Número. Dios es Número. Dios está en todo."

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