Los principios de la respiración en el yoga
"Cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se calma, también se calma la mente"
El aliento es vida. Podemos vivir días enteros sin alimento o sin agua, pero si nos privan de respirar, la muerte sobreviene en pocos minutos. En la vida normal tiene mucha importancia respirar correctamente.
Para un yogui, una adecuada respiración cumple dos funciones principales: aportar más oxígeno a la sangre, y por consiguiente al cerebro, y controlar el prana o energía vital, con lo que se llegará a controlar la mente. El Pranayama, la ciencia del control de la respiración, consiste en una serie de ejercicios pensados especialmente para satisfacer unas necesidades y mantener el cuerpo en un estado de vibrante salud.
Hay tres tipos básicos de respiración: clavicular (superficial), intercostal (media) y abdominal (profunda). La respiración yóguica completa combina las tres, comenzando con una inhalación profunda que se continúa después en la zona intercostal y finalmente en la clavicular.
La mayoría de las personas se han olvidado de la correcta manera de respirar. Hacen una respiración superficial, por la boca, y hacen poco o ningún uso del diafragma, ya sea porque levantan los hombros o porque contraen el abdomen cuando inhalan. De esta manera sólo se incorpora una pequeña cantidad de oxígeno, y no se usa más que por la parte superior de los pulmones, lo que da por resultado una carencia de vitalidad y una resistencia disminuida a las enfermedades.
La práctica del yoga exige de sus adeptos que inviertan estos hábitos. Respirar correctamente significa respirar por la nariz, manteniendo la boca cerrada, y pone en juego una inhalación y una exhalación completas, que hacen trabajar a los pulmones en su totalidad. Cuando se exhala, el abdomen se contrae y el diafragma sube, masajeando el corazón; al inhalar, el abdomen se expande y el diafragma desciende, y masajea los órganos abdominales.
Así como en una asana hay tres etapas, también en el pranayama se distinguen tres etapas en cada respiración: inhalación, retención y exhalación. Con frecuencia, la gente cree que la inhalación es la etapa más esencial del proceso, pero, de hecho, la clave de este se encuentra en la exhalación, puesto que cuanto más aire rancio se exhale, más aire fresco se podrá inhalar. Los ejercicios de respiración yóguica ponen el acento especialmente en la prolongación de la retención y de la exhalación duplica el tiempo de la inhalación, en tanto que la retención lo cuadruplica.
Cuando se inhala por la nariz, el aire se calienta y se filtra en el proceso. Pero, desde el punto de vista del yoga, la más importante de las razones para la respiración nasal es el prana. Así como es necesario inhalar por la nariz para recibir los aromas del aire, también se debe inspirar por la nariz para llevar al máximo la cantidad de prana que se absorbe, pues en la parte del fondo de la nariz están los órganos olfatorios a través de los cuales pasa el prana para alcanzar el sistema nervioso central y el cerebro.
Los ejercicios de respiración yóguica enseñan a controlar el prana y, por ende, a controlar la mente, dado que entre ambos hay interdependencia. Cuando uno está enfadado o asustado, la respiraciones superficial, rápida e irregular; por el contrario, cuando está uno relajado o sumido en sus pensamientos, la respiración se vuelve lenta. Puedes comprobarlo muy fácilmente. Escucha durante un momento el ruido o sonido más quedo que haya en la habitación, y te darás cuenta de que, al contraste, inconscientemente hiciste más lenta la respiración, o incluso la contuviste.
Como el estado de ánimo se refleja en la forma en que respiramos, de ello se sigue que al controlar el aliento podemos aprender a controlar nuestra mente, nuestros estados anímicos. Al regular la respiración, pues, no estamos solamente intensificando la toma de oxígeno y de prana, sino también preparándonos para la práctica de la concentración y de la meditación.
Los principios de la respiración del Do-In
La segunda función más importante entre el hombre y el medio, después de la dieta alimenticia, es la respiración. La respiración es el intercambio entre nosotros mismos y el medio atmosférico: el aire. La forma de respirar pretende conseguir, con la máxima efectividad, la adaptación armoniosa al medio atmosférico como parte de este medio, del mismo modo que la forma de comer y de beber es esencial para nuestro desarrollo físico, mental y espiritual. La manera correcta de respirar también es fundamental para nuestra salud y felicidad, junto con nuestro entendimiento y conciencia universal.
La respiración es la manifestación del yin ( ), la función centrífuga de expansión y del yang ( ), función centrípeta de contracción ejercitadas alternativamente en un movimiento armonioso, básicamente a través de los órganos respiratorios. De hecho además de los órganos respiratorios tales como las cavidades nasales y bronquiales y los pulmones, los órganos circulatorios y su función participan y están estrechamente coordinados en la respiración. El sistema nervioso incluyendo las relaciones nerviosas autónomas y las funciones cerebrales también está estrechamente relacionado con la respiración.
Cinco métodos especiales de respirar
Cada uno de los cinco métodos de respiración que describimos a continuación con sus objetivos específicos se pueden practicar para conseguir el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual.
1. respirar con el Tan-Den (Hara, el centro del abdomen): La respiración de fiscalización. Se debe respirar despacio y profundamente con el movimiento natural de la región Hara (la zona central del abdomen). Al inhalar despacio pero profundamente, el Tan-Den se llena de energía y la parte baja del abdomen se expande de forma natural. Al exhalar despacio pero profundamente la misma región se contrae en forma natural.
Se debe contener el aire unos segundos entre la inspiración y la espiración, y ésta última debería durar dos o varias veces más que la inspiración. La efectividad de esta técnica es la generación de energía física, estabilidad mental y confianza espiritual. El resultado es que le propio ser se afirma en la tierra y aprende a no ser influido por el medio cambiante. Este método también provoca un aumento de la temperatura corporal y acelera las funciones de digestión y circulación en todo el cuerpo, lo que conlleva un mejor estado de salud y mayor longevidad. La respiración, como práctica común para el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual, se puede emplear de cinco modos distintos según la intensidad:
2. Respirar con la parte central del estómago: la respiración de poder. La respiración se hace con el movimiento natural de la zona del estómago. Al inspirar, el área de
Chu-Kan se expande naturalmente hacia fuera y al espirar se contrae. Entre la inspiración y la espiración, se debe contener la respiración durante algunos segundos. La duración de la espiración es ligeramente superior a la de la espiración.
Su efecto es el desarrollo de la resistencia, la paciencia, la tolerancia y, cuando la respiración se contiene más tiempo entre la inhalación y exhalación, también se intensifica la corriente energética en todo el cuerpo, de modo que el cuerpo se llena de lo que podríamos llamar poder espiritual: la energía electromagnética.
3. Respirar con la zona del corazón o la zona central de la parte superior del pecho:
La respiración de amor. Tanto la inspiración como la espiración son lentas y largas y se concentran el área del corazón o en la zona central de la parte superior del pecho. La duración de la inspiración es prácticamente igual a la de la espiración y no se debe contener la respiración entre la inspiración y la espiración.
Mentalmente produce una sensación de armonía y amor con todos los elementos del medio y las personas que nos rodean. También desarrolla la sensibilidad, la simpatía, el entendimiento y al comprensión.
4. respirar con la zona de la garganta y la raíz lingual:
La respiración de la inteligencia. Esta técnica respiratoria tiene lugar en la región de la garganta y la base de la lengua y consiste en una inspiración fuerte y una espiración más suave. Al inhalar, el aire se concentra, se contiene en la zona de la garganta y la base de la lengua
durante algunos segundos y luego se libera. Desarrolla sentidos intensos que facilitan la concentración física y mental para con un objetivo concreto. Se acelera la concentración espiritual y se estimula la comprensión intelectual.
5. Respirar con la zona central del cerebro:
La respiración de espiritualización. Para esta técnica utilizamos la región central del cerebro, el eje interno de la cabeza. La inspiración se hace despacio pero intensamente, como si se quisiera respirar hacia la coronilla, con la sensación de alzar el cuerpo. La inspiración se hará suavemente y de forma continuada, prolongándola en mayor tiempo posible, y en el punto extremo se liberará el aire de repente pero con suavidad. La espiración debería hacerse hacia abajo en dirección a la boca.
Este método espiritualiza nuestra conciencia relativa hacia un campo más universal y sirve para abrir nuestra percepción a una dimensión sin límites, lo que incluye el entendimiento de acontecimientos que tiene lugar a distancia.
Estas técnicas se pueden utilizar libremente durante nuestra vida cotidiana: mientras estamos sentados, mientras trabajamos o actuamos o mientras estamos reunidos con otras personas.
Sin embargo para poder realizar estás técnicas de manera efectiva es fundamental que nuestra dieta sea moderada.
Fuente:
http://www.yogakai.com/yogadoin.htm
"Cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se calma, también se calma la mente"
El aliento es vida. Podemos vivir días enteros sin alimento o sin agua, pero si nos privan de respirar, la muerte sobreviene en pocos minutos. En la vida normal tiene mucha importancia respirar correctamente.
Para un yogui, una adecuada respiración cumple dos funciones principales: aportar más oxígeno a la sangre, y por consiguiente al cerebro, y controlar el prana o energía vital, con lo que se llegará a controlar la mente. El Pranayama, la ciencia del control de la respiración, consiste en una serie de ejercicios pensados especialmente para satisfacer unas necesidades y mantener el cuerpo en un estado de vibrante salud.
Hay tres tipos básicos de respiración: clavicular (superficial), intercostal (media) y abdominal (profunda). La respiración yóguica completa combina las tres, comenzando con una inhalación profunda que se continúa después en la zona intercostal y finalmente en la clavicular.
La mayoría de las personas se han olvidado de la correcta manera de respirar. Hacen una respiración superficial, por la boca, y hacen poco o ningún uso del diafragma, ya sea porque levantan los hombros o porque contraen el abdomen cuando inhalan. De esta manera sólo se incorpora una pequeña cantidad de oxígeno, y no se usa más que por la parte superior de los pulmones, lo que da por resultado una carencia de vitalidad y una resistencia disminuida a las enfermedades.
La práctica del yoga exige de sus adeptos que inviertan estos hábitos. Respirar correctamente significa respirar por la nariz, manteniendo la boca cerrada, y pone en juego una inhalación y una exhalación completas, que hacen trabajar a los pulmones en su totalidad. Cuando se exhala, el abdomen se contrae y el diafragma sube, masajeando el corazón; al inhalar, el abdomen se expande y el diafragma desciende, y masajea los órganos abdominales.
Así como en una asana hay tres etapas, también en el pranayama se distinguen tres etapas en cada respiración: inhalación, retención y exhalación. Con frecuencia, la gente cree que la inhalación es la etapa más esencial del proceso, pero, de hecho, la clave de este se encuentra en la exhalación, puesto que cuanto más aire rancio se exhale, más aire fresco se podrá inhalar. Los ejercicios de respiración yóguica ponen el acento especialmente en la prolongación de la retención y de la exhalación duplica el tiempo de la inhalación, en tanto que la retención lo cuadruplica.
Cuando se inhala por la nariz, el aire se calienta y se filtra en el proceso. Pero, desde el punto de vista del yoga, la más importante de las razones para la respiración nasal es el prana. Así como es necesario inhalar por la nariz para recibir los aromas del aire, también se debe inspirar por la nariz para llevar al máximo la cantidad de prana que se absorbe, pues en la parte del fondo de la nariz están los órganos olfatorios a través de los cuales pasa el prana para alcanzar el sistema nervioso central y el cerebro.
Los ejercicios de respiración yóguica enseñan a controlar el prana y, por ende, a controlar la mente, dado que entre ambos hay interdependencia. Cuando uno está enfadado o asustado, la respiraciones superficial, rápida e irregular; por el contrario, cuando está uno relajado o sumido en sus pensamientos, la respiración se vuelve lenta. Puedes comprobarlo muy fácilmente. Escucha durante un momento el ruido o sonido más quedo que haya en la habitación, y te darás cuenta de que, al contraste, inconscientemente hiciste más lenta la respiración, o incluso la contuviste.
Como el estado de ánimo se refleja en la forma en que respiramos, de ello se sigue que al controlar el aliento podemos aprender a controlar nuestra mente, nuestros estados anímicos. Al regular la respiración, pues, no estamos solamente intensificando la toma de oxígeno y de prana, sino también preparándonos para la práctica de la concentración y de la meditación.
Los principios de la respiración del Do-In
La segunda función más importante entre el hombre y el medio, después de la dieta alimenticia, es la respiración. La respiración es el intercambio entre nosotros mismos y el medio atmosférico: el aire. La forma de respirar pretende conseguir, con la máxima efectividad, la adaptación armoniosa al medio atmosférico como parte de este medio, del mismo modo que la forma de comer y de beber es esencial para nuestro desarrollo físico, mental y espiritual. La manera correcta de respirar también es fundamental para nuestra salud y felicidad, junto con nuestro entendimiento y conciencia universal.
La respiración es la manifestación del yin ( ), la función centrífuga de expansión y del yang ( ), función centrípeta de contracción ejercitadas alternativamente en un movimiento armonioso, básicamente a través de los órganos respiratorios. De hecho además de los órganos respiratorios tales como las cavidades nasales y bronquiales y los pulmones, los órganos circulatorios y su función participan y están estrechamente coordinados en la respiración. El sistema nervioso incluyendo las relaciones nerviosas autónomas y las funciones cerebrales también está estrechamente relacionado con la respiración.
Cinco métodos especiales de respirar
Cada uno de los cinco métodos de respiración que describimos a continuación con sus objetivos específicos se pueden practicar para conseguir el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual.
1. respirar con el Tan-Den (Hara, el centro del abdomen): La respiración de fiscalización. Se debe respirar despacio y profundamente con el movimiento natural de la región Hara (la zona central del abdomen). Al inhalar despacio pero profundamente, el Tan-Den se llena de energía y la parte baja del abdomen se expande de forma natural. Al exhalar despacio pero profundamente la misma región se contrae en forma natural.
Se debe contener el aire unos segundos entre la inspiración y la espiración, y ésta última debería durar dos o varias veces más que la inspiración. La efectividad de esta técnica es la generación de energía física, estabilidad mental y confianza espiritual. El resultado es que le propio ser se afirma en la tierra y aprende a no ser influido por el medio cambiante. Este método también provoca un aumento de la temperatura corporal y acelera las funciones de digestión y circulación en todo el cuerpo, lo que conlleva un mejor estado de salud y mayor longevidad. La respiración, como práctica común para el desarrollo del desarrollo físico, mental y espiritual, se puede emplear de cinco modos distintos según la intensidad:
2. Respirar con la parte central del estómago: la respiración de poder. La respiración se hace con el movimiento natural de la zona del estómago. Al inspirar, el área de
Chu-Kan se expande naturalmente hacia fuera y al espirar se contrae. Entre la inspiración y la espiración, se debe contener la respiración durante algunos segundos. La duración de la espiración es ligeramente superior a la de la espiración.
Su efecto es el desarrollo de la resistencia, la paciencia, la tolerancia y, cuando la respiración se contiene más tiempo entre la inhalación y exhalación, también se intensifica la corriente energética en todo el cuerpo, de modo que el cuerpo se llena de lo que podríamos llamar poder espiritual: la energía electromagnética.
3. Respirar con la zona del corazón o la zona central de la parte superior del pecho:
La respiración de amor. Tanto la inspiración como la espiración son lentas y largas y se concentran el área del corazón o en la zona central de la parte superior del pecho. La duración de la inspiración es prácticamente igual a la de la espiración y no se debe contener la respiración entre la inspiración y la espiración.
Mentalmente produce una sensación de armonía y amor con todos los elementos del medio y las personas que nos rodean. También desarrolla la sensibilidad, la simpatía, el entendimiento y al comprensión.
4. respirar con la zona de la garganta y la raíz lingual:
La respiración de la inteligencia. Esta técnica respiratoria tiene lugar en la región de la garganta y la base de la lengua y consiste en una inspiración fuerte y una espiración más suave. Al inhalar, el aire se concentra, se contiene en la zona de la garganta y la base de la lengua
durante algunos segundos y luego se libera. Desarrolla sentidos intensos que facilitan la concentración física y mental para con un objetivo concreto. Se acelera la concentración espiritual y se estimula la comprensión intelectual.
5. Respirar con la zona central del cerebro:
La respiración de espiritualización. Para esta técnica utilizamos la región central del cerebro, el eje interno de la cabeza. La inspiración se hace despacio pero intensamente, como si se quisiera respirar hacia la coronilla, con la sensación de alzar el cuerpo. La inspiración se hará suavemente y de forma continuada, prolongándola en mayor tiempo posible, y en el punto extremo se liberará el aire de repente pero con suavidad. La espiración debería hacerse hacia abajo en dirección a la boca.
Este método espiritualiza nuestra conciencia relativa hacia un campo más universal y sirve para abrir nuestra percepción a una dimensión sin límites, lo que incluye el entendimiento de acontecimientos que tiene lugar a distancia.
Estas técnicas se pueden utilizar libremente durante nuestra vida cotidiana: mientras estamos sentados, mientras trabajamos o actuamos o mientras estamos reunidos con otras personas.
Sin embargo para poder realizar estás técnicas de manera efectiva es fundamental que nuestra dieta sea moderada.
Fuente:
http://www.yogakai.com/yogadoin.htm